Cuando acaban las obras, en verano de 2011, el Centro de la Cultura del Rioja (CCR) se anuncia como motor enológico, turístico y cultural de ... Logroño y, sobre todo, de su Casco Antiguo. No es, sin embargo, un hijo bien recibido por el PP, que regresa al poder y desaprovecha las cualidades de la emblemática Casa de la Virgen (siglo XVI), enclavada en un barrio enoturístico, y dilapida además un millón de euros entre pitos y flautas. En la última legislatura de Cuca Gamarra, convoca el Ayuntamiento, en junio de 2017, la plaza de director/a del CCR que, tras competida oposición, recae en Claudia Balboa Salas, joven logroñesa con amplia experiencia en gestión cultural nacional e internacional (Londres, Pekín...).
Por una serie de dilaciones y retrasos, la nueva directora del CCR –y no directora general, como equivocadamente se informa ayer– comienza a trabajar en octubre de 2018, desarrollando el proyecto –brillante, por cierto– con el que ha aprobado la plaza. En julio de 2019, nada más llegar al gobierno Hermoso de Mendoza, quedan paralizados todos los expedientes y planes ultimados por Balboa, con la única explicación de que «nosotros tenemos otras ideas» y «tú no cumples el perfil».
Un año transcurre desde tan inopinada medida, y es ayer cuando el puesto de directora del CCR se amortiza –desaparece, vamos– por «cambio de modelo estructural y organizativo» y «la no disponibilidad del edificio en términos de seguridad y condiciones de mantenimiento».
Alguien de la Corporación tiene que explicar al ciudadano logroñés, y muy clarito, este bochorno.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión