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No hay agua para todo

Miércoles, 19 de abril 2023, 22:00

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La ciencia reconoce en un itineario de sequía cuatro hitos de los que La Rioja habría traspasado ya dos y se asomaría al tercero. En ... el primero, la falta de lluvias y la elevada evaporación deja los embalses en mínimos; después, la agricultura de secano se resiente; ya en el tercero falta agua para los regadíos y en el último, el problema alcanza a los núcleos urbanos con restricciones de agua de boca. El dilema al que los agricultores del bajo Iregua se enfrentan hoy mismo, sacrificar el regadío del cereal para tratar de salvar la producción de los frutales, evidencia la gravedad de una situación que afecta ya a casi toda la región. Si la producción cerealista se da por perdida, se empiezan a cuestionar las de la fruta y la vid si no llueve y se renuevan las reservas para hacer posibles los riegos, hoy descartados. La falta de agua es una de las consecuencias del cambio climático, pero también de una deficiente planificación que hace tiempo que debería haber dejado de basarse en una oferta hídrica ilimitada, porque las lluvias van a escasear cada vez más. Son imprescindibles cambios estructurales, y de mentalidad, en el almacenamiento de agua y en los regadíos, donde las millonarias inversiones ya planificadas corren el riesgo de llegar tarde para las peras del bajo Iregua.

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