Denuncian el rechazo de remolques en una bodega de Alberite por exceso de glucónico
Viticultores achacan a la gestión de la empresa de los tiempos de vendimia la aparición de problemas sanitarios por los que ahora se descartan las uvas
Viticultores de Alberite critican el rechazo de remolques en la báscula de Criadores de Rioja por exceso de glucónico. Este ácido es un parámetro habitual en las mediciones de calidad de la uva y está muy relacionado con la botrytis.
Irene Galilea, viticultora de la localidad, achacó ayer, en la sede del sindicato agrario ARAG-Asaja y junto a la propia bodega, los problemas sanitarios de los remolques que están siendo rechazados a la gestión que la propia bodega está haciendo de la vendimia: «Fuimos varios los viticultores los que les pedimos que abrieran las puertas antes, que podría haber problemas sanitarios por las lluvias, pero decían que no había grado cuando sí lo había». «Luego dijeron –continúa– que hasta que no se acabara con las blancas no entraban las uvas tintas y mucha gente del pueblo nos estamos encontrando con que ahora se nos tiran los remolques en la báscula».
La viticultora asegura que ya le han sido rechazados tres remolques de su explotación, unos 26.000 kilos de uva: «Están pidiendo entre 13 y 15 grados y con una limitación máxima de glucónico de 0,7 y, en mi caso, se fue ligeramente por encima este último paramétro». «Somos proveedores de Criadores de Rioja de toda la vida y jamás nos hemos planteado irnos a otra bodega. El problema es que si nos llegan a avisar con antelación quizás hubiésemos podido encontrar otro comprador, pero ahora solo quedar tirar a la uva, y a un precio 70 céntimos el kilo más todo el trabajo de campo hecho durante todo el año, es fácil imaginar lo que supone».
Jesús Sicilia, miembro de la junta directiva de Asaja en Alberite, señaló por su parte que «la campaña pasada fue mala y está también porque hemos tenido otros 150 litros o 200 litros de agua en septiembre y la uva se ha pasado». Sicilia señala que «la bodega podría haber abierto antes, pero dijo que no había grado». «No sabemos –continúa– las cantidades de uva que se están rechazando, si son un 5% o lo que suponen, pero hay mucho nerviosismo en el pueblo cuando llevas el remolque a la bodega y la gente del campo arrasta ya varias campañas muy malas. Es decir, a perro flaco todo son pulgas».