«Nunca había visto así la viña, es un desastre total»
Daniel Martínez, agricultor de Navarrete, es uno de los muchos viticultores damnificados por la granizada que asoló las explotaciones de la comarca de Moncalvillo
«Un desastre total». Así es cómo califica Daniel Martínez, agricultor de Navarrete, el estado de sus explotaciones tras el paso de la tormenta por el pueblo y sus alrededores durante la tarde del miércoles. Su viñedo más dañado se encuentra ubicado, curiosamente, en la zona denominada la Pedrera, donde cuantifica pérdidas de hasta el 100% de la producción.
Darse un paseo por los viñedos de la comarca de Moncalvillo deja una imagen desoladora. Las viñas anegadas de agua, los renques repletos de hojas y las cepas completamente desnudas desprovistas de sus sarmientos. «Llevo muchos años en la agricultura, pero esto no lo había visto yo en la vida», lamenta el viticultor navarretano apenado al describir cómo «están todas las uvas partidas, los sarmientos en el suelo y todo repleto de heridas que nos van a impedir a poder podar el año que viene».
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Daniel tiene un total de 10 hectáreas de viñedo ecológico que el temporal ha decidido vendimiarlo por su cuenta de manera prematura en casi su totalidad. «El granizo se ha llevado el 90% de mi explotación y el 10% restante, que está más hacia la zona de Lardero, estará dañado hasta en un 70%; pero aquí, en la zona del pantano de Valbornedo, el punto cero de la tormenta, los destrozos son abismales, no ha quedado nada, ni la poda», explica el agricultor.
Pero todos estos daños no solo afectarán a esta campaña, sino que los destrozos del granizo se sentirán en las venideras. «Está toda la viña repleta de heridas, a ver cómo podemos trabajar el próximo año, pero de momento son solo pérdidas porque hemos tirado el dinero en trabajar en la escarda, en la poda, en los tratamientos, en los abonados...», añade Daniel.
Sin embargo, el viticultor navarretano es uno de esos agricultores que, al menos, pueden respirar tranquilos al tener todo su viñedo asegurado. Algo en lo que ayer hizo hincapié la consejero de Agricultura, Ganadería, Mundo Rural y Medio Ambiente, Noemí Manzanos, tras su visita a las zonas afectadas de Navarrete: «Hay que recalcar la importancia del aseguramiento, que La Rioja cuenta con esa subvención de cinco millones de euros al año para que ese 70% o 75% de nuestros cultivos continúen siendo asegurados».
Pero el campo no solo es de quienes poseen la propiedad de su tierra, sino también de los que ayudan a labrarla durante el año, sobre todo, en vendimia. Antonio Silva, trabajador portugués del agricultor navarretano, es otra de las caras de la moneda de las brutales consecuencias que deja la granizada. Él, junto a su familia, mujer y tres hijos pequeños, lamentan que «nos hemos quedado sin trabajo y ahora a ver qué es lo que hacemos porque igual tenemos que volvernos a Portugal».
Ayer por la mañana comenzaban con las labores de desniete, pero cuando los trabajadores llegaron a la finca se toparon con la plantación completamente arrasada: «Solo ha quedado la cepa, está todo destrozado». «Estamos muy tristes», asegura compungido Antonio ya que «contábamos con el dinero de las vendimias para poder vivir, pero ahora nos hemos quedado sin nada».
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