El consumo mundial de vino vuelve a caer en 2024 y se sitúa en el nivel más bajo desde 1961

Los principales países consumidores, caso de EE UU y Francia, registran importantes retrocesos en la ingesta vinícola

Alberto Gil

Logroño

Sábado, 19 de julio 2025, 08:25

Más allá de aciertos y, desaciertos –como pretender seguir creciendo en plantaciones cuando el consumo mundial de vino entra es una espiral claramente bajista desde ... 2017–, lo cierto es que las perspectivas mundiales para el sector del vino no son precisamente halagüeñas. La Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV) publicaba el pasado mes de abril el balance mundial de la producción, comercio y consumo con la siguiente conclusión:la ingesta mundial de vino bajó en 2024 a su nivel más bajo desde 1961, con 214,2 millones de hectólitros y muy lejos de los 250 millones que se bebieron en el año 2007, que eran el récord histórico hasta la fecha.

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El descenso respecto al año anterior, 2023, es notable, con una caída del 3,3% y uno de los mayores problemas es que los dos mayores mercados del mundo, EE UU y Francia, registraron retrocesos de consumo más que importantes, con cifras del 6% y del 4% respectivamente el pasado año.

El director general de la OIV, Jon Baker, aludió a factores «coyunturales», como el impacto del covid, las tensiones geopolíticas, la crisis energética y el encarecimiento de los costes de producción y de distribución para entender lo que está pasando en los mercados del vino en los últimos años, pero también estructurales como el cambio de gustos de los consumidores, las diferentes preferencias entre generaciones por otro tipo de bebidas y el aumento general de precios, debido a la subida de la inflación.

Dicha caída del consumo el año pasado, como sucedio también en Rioja, se vio compensada con un importante retroceso de la producción mundial de vino (-4%)por diferentes fenómenos climáticos. De hecho, fue la más baja de los últimos 60 años, pero parece claro que son necesarios ajustes u otros modelos de producción si no se recupera el favor de los consumidores.

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Por zonas

Los 27 países de la Unión Europea beben el 48% del vino del mundo, con 103,6 millones de hectolitros en 2024, pero un 2,8% menos que el año anterior. Francia sigue siendo el mayor consumidor europeo, con 23 millones de hectolitros, seguida de Italia con 22,3 millones y Alemania con 17,8 millones, aunque todos registraron caídas en comparación con 2023. España y Portugal fueron las excepciones, con ligeros aumentos, aunque en el caso portugués, que lidera el consumo per cápita, se bebió incluso más vino que antes de la pandemia.

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Fuera ya de la Unión Europea, EE UU –de ahí la importancia de la política arancelaria para todos los productores del planeta– continúa siendo el mayor consumidor de vino a nivel mundial, con 33,3 millones de hectolitros en 2024 (-5,8 %). En Reino Unido se redujo el consumo un 1%, mientras que en Rusia aumentó un 2,4%, hasta los 8,1 millones de hectolitros. En Suiza, un país tradicional para el sector del vino y muy conocedor de los vinos españoles y de Rioja, el volumen consumido fue el más bajo desde 1965, según la OIV.

En Asia, el consumo en China sigue cayendo en picado (-19,3%), en una tendencia iniciada en el año 2018, mientras que en Japón también disminuyó un 4,4%, hasta los 3,1 millones, el volumen más bajo desde 2011.

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