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Arquitecto redactor, responsable de obra y periodista, ayer, durante la visita a los trabajos de la estación de autobuses justo enfrente de la actual de ferrocarril.
La terminal que empieza a dejarse sentir

La terminal que empieza a dejarse sentir

«Logroño comenzará a notar que la estación de autobuses ya es una realidad», adelanta Iñaki Ábalos | «Vamos justos, pero dentro de plazo», asegura el arquitecto del PERI Ferrocarril, al que ayer pudo acompañar Diario LA RIOJA en las obras

Javier Campos

Logroño

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Sábado, 11 de noviembre 2017, 08:13

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«Aquí está todo prácticamente listo para que empiece a aparecer lo metálico», confirma Iñaki Ábalos entre hormigón y ferralla, a pie de obra, mientras distintos operarios de la UTE Agua y Jardín, Ismael Andrés y Vías y Construcciones van y vienen por una estructura que empieza a tomar forma. «Estamos en ese punto en el que, después de llevar meses organizando la puesta en obra y resolviendo problemas tanto de la contrata como del propio proyecto, todo está preparado para coger la velocidad de crucero que debe».

«Primero, se completó la fase de cimentaciones y pilotajes, que tiene su aquel, porque está el cajón ferroviario y es una obra más complicada que si no tuviese infraestructura debajo; después, se empezó con el hormigón, que son los muros de contención para la ladera del parque (la caída, por así decirlo, de la estructura de la estación hacia el futuro parque), ya ejecutados al 100%; ahora ya se pueden ver los pilares que delimitan el recinto y pronto empezarán a llegar los pórticos... las cerchas que cubren el vano de la estación (la idea es que se pueda ver alguno en las próximas navidades)», explica el arquitecto 'de cabecera' del soterramiento.

Las obras de la estación de autobuses de Logroño, frente a la actual de trenes, han vuelto a hacer de la capital de La Rioja destino habitual de Ábalos, quien explica a este periódico la marcha del proyecto. «Los logroñeses y los riojanos empezarán a sentir a partir de ahora que la estación ya es una realidad», adelanta. Y es que si los pilares delimitan el contorno, dando idea de las dimensiones planas del 'traje', los pórticos (actualmente en proceso de montaje en Fuenlabrada -Madrid-, estando formados por hasta tres piezas de 15 metros cada una) delimitarán el volumen a falta de la guinda del 'pastel': la cúpula de unión entre estaciones.

Cúpula que «va a sorprender»

«Va a sorprender», pronosticaba ayer su 'creador'. Sin fecha para su montaje, el que será uno de los grandes 'hitos' del proyecto precisará la coordinación tanto con Renfe como con ADIF y el propio Ayuntamiento pues será necesario tanto cerrar el acceso principal a la estación de ferrocarril como cortar al tráfico ese tramo de avenida de Colón al menos durante dos meses. Pero ya llegará...

«Vamos justos, pero vamos dentro de plazo y, de hecho, se puede acabar en plazo. Otra cosa es que estas obras, digamos que siempre tienen una pequeña extensión que entra dentro de lo normal porque, en ocasiones, correr en el último momento es contraproducente», explica mientras la maquinaria pesada no para y se suceden los encuentros con los responsables de quienes resultaron adjudicatarios del proyecto (por un presupuesto de 16,3 millones y un plazo de 18 meses).

Con la entrada en funcionamiento de la estación de autobuses prevista para el otoño que viene -y el comienzo de las obras del nudo de Vara de Rey planificado para unos meses antes, en verano-, Ábalos no se olvida del resto. «Me encantaría que se siguiese con todo lo que está alrededor de ambas estaciones, que es tan importante como la intermodal misma, pues es coser la ciudad generando tejido urbano a ambos lados. Tan importante como el núcleo central del PERI, es todo lo que rodea ese núcleo, incluso lo que ya se está construyendo en los márgenes, pero que de cierto modo se remodeló para ajustarse a nuestra propuesta. El PERI acaba con el último bordillo, la última acera, el último alcorque y el último bloque». Y es que Ábalos siempre ha defendido que el PERI era mucho más que una o dos estaciones.

El arquitecto, en ese sentido, entiende que hay algunos elementos más relevantes que otros, caso de las torres. «Al ser todo tan plano, convenía algún elemento que dijese aquí estoy yo. Hay cosas más visibles, caso de las torres que cumplirían esa función... torrecitas, que nadie se piense que son gigantes», aclara.

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