Arancha Lanchares posa en la plaza del Mercado de Logroño con su taller de arte y La Galería al fondo. SONIA TERCERO

Logroño

Solo el arte resiste al imperio de los bares

El Taller de Arte Lanchares y La Galería, únicas tiendas que aguantan en la plaza del Mercado tras el reciente cierre de Confecciones El Barato

Diego Marín A.

Logroño

Sábado, 20 de enero 2024, 13:56

La plaza del Mercado de Logroño se llama así por algo, pero su significado va perdiendo sentido con el paso del tiempo. Calles como Carnicerías, ... Herrerías y Mercaderes desembocan en ella, que bien es cierto que también se denominó plaza de la Herventia, de la Constitución, de la Redonda, de la República y de los Héroes del Alcázar. En ella se celebraban grandes ferias y décadas atrás estaba llena de comercios, pero hoy son una excepción frente a la hostelería. Más después del reciente cierre de Confecciones El Barato tras 76 años abierta. Solo resisten ya La Galería, con más de 40 años de historia, y el Taller de Arte Lanchares, que hace unos meses descendió de la entreplanta a pie de calle. Dos comercios dedicados al mundo de la pintura que se resisten al imperio de los bares.

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Arancha Lanchares trasladó su taller, promovido junto a sus hijas Valeria y Raquel Martínez, un piso más abajo y ahora establece una curiosa simbiosis junto a La Galería, tienda especializada en complementos y materiales para las bellas artes y las manualidades. «A pie de calle tienes mucha más visibilidad. He estado veinte años en la entreplanta y como el edificio es propiedad de la familia y no queríamos bares, porque está plagado, sino algo cultural, me trasladé», explica Arancha Lanchares.

El Taller de Arte Lanchares se ubica donde antes estuvo otro célebre comercio, La Casa del Corcho, tienda centenaria que cerró por jubilación el año pasado. También existe el estudio BGA Arquitectura. «Creo que es importante para una ciudad que tenga galerías de arte, además de hostelería. Por eso me animé a montar, además del taller, una galería», explica. Actualmente expone cuadros de alumnos del propio taller. «Desde que estamos a pie de calle no solo tenemos más alumnos, también más propuestas para exponer. Ya tengo lista de espera, así que estoy muy contenta», confiesa satisfecha Lanchares.

Lanchares, durante una clase en el taller de pintura. S. TERCERO

La relación con la vecina La Galería, que regenta Begoña Echevarría, es tan positiva que esta artista no solo asegura mantener una «muy buena relación», sino que, además, «desde que estoy aquí abajo ella también tiene más ventas, le compran mucho más». «Es una pena que ahora cierre El Barato. Ojalá se ponga ahí otra tienda de cerámica, algo artesano. Hay locales cerrados hace años», se laemnta. En la plaza lo han intentado comercios como el dedicado al cine Cinema Paradiso, que en 2016 abrió donde antes estuvo Bolsos Gómez.

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Segundo plano

Y es que, salvo las excepciones, parece que en la plaza del Mercado solo funcionan los bares. «A mí no me molesta la hostelería, da ambiente, aunque en mi caso tampoco son clientes potenciales», reconoce. La pintora también admite, sobre la ubicación de su taller, que «si no sabes que está esto aquí, no vienes, este no es un lugar de paso».

«Creo que es importante para una ciudad que tenga galerías de arte, además de hostelería», explica Arancha Lanchares

«Hasta el sentir de los propios hosteleros es que cuando se libera un local se abre un bar», señala Amaia Tomé

Amaia Tomé, presidenta de la Asociación de Comerciantes del Casco Antiguo, señala que «hasta el sentir de los propios hosteleros de la zona es que, cuando se libera un local, se abre un bar. Lo comercial está pasando a un segundo plano, para nuestra desgracia». Y es que Amaia Tomé regenta la tienda de moda para mujer Atipyca frente a las cada vez más frecuentes franquicias hosteleras de la calle Portales. «Me da pena, pero también pienso que muchos hosteleros se lo están currando, cuidan la imagen, el servicio, la comida... Preferiríamos más comercio, hacer más vida de barrio y que los propios vecinos consuman. La queja generalizada es que no bajan los alquileres para ayudar a emprender», subraya Amaia Tomé.

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