Gigantes de Espartero y la doña Jacinta
Un matrimonio de alturaLos gigantes de Espartero y su esposa, la duquesa de la Victoria, son los que más miden y más pesan de la comparsa logroñesa, así como «los más queridos» por los niños
Además de lucirse desde hace 130 años en su estatua del Espolón, Espartero también sale de paseo por Logroño. De hecho, resulta sencillo encontrarse con ... él cuando las fiestas mateas asoman en el calendario. Pierde entonces su carácter estático, se baja de su famoso caballo y se pone a bailar junto a su esposa, doña Jacinta (la duquesa de la Victoria) y junto al resto de personajes de la comparsa de Gigantes y Cabezudos de la capital riojana. Ahora bien, tal y como ocurre en su emplazamiento fijo en el centro de la urbe, es necesario mirar hacia arriba para verle el rostro. Hay que elevar la mirada unos cuatro metros, en concreto.
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Los gigantes de Espartero y la duquesa de la Victoria 'nacieron' en San Bernabé de 2008. «Fueron inaugurados entonces y han sido los últimos que se han estrenado en la ciudad hasta la fecha», recuerda Álvaro Sarabia, vicepresidente de la asociación. «Y se han convertido, junto a Nieves Sáinz de Aja, en los más queridos por todos los niños de Logroño», apostilla el encargado del mantenimiento de una comparsa de la que forman parte una decena de gigantes, alrededor de una docena de cabezudos y diversas cabecillas medianas y pequeñas y gigantillos.
Las razones sobre las que se sustenta el cariño de la gente hacia la pareja resultan variadas. Son los gigantes que abren el desfile, además de los mas altos de todos. «El general, con el sombrero, llegará hasta los cuatro metros y doña Jacinta se quedará cerca», resalta Sarabia antes de apuntar que también son los que más pesan. «Redondeando, unos 40 kilos cada uno», puntualiza el vicepresidente de la asociación. Aparte de eso, Sarabia los califica como las figuras «con más porte» de la comparsa. «Son los gigantes más lujosos y escultóricamente los más logrados, además de contar con los trajes más lujosos», enumera.
Fueron creados por la empresa Artes Múltiples y sus ropajes los confeccionó Mari Jose, una modista de Tolosa. «Echó la mujer horas y horas porque había que hacerlos a medida», recalca Sarabia antes de explicar que, a diferencia del resto de figuras, estas dos están hechos íntegramente de fibra de vidrio y resina de poliéster. «Solo el de Sagasta es así también», apuntilla el vicepresidente de la Asocación de Gigantes y Cabezudos de Logroño, uno de los encargados de que Espartero deje su caballo y se ponga a bailar.
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