La cabalgata, casi un regalo de Reyes para las Cien Tiendas

«No podemos más que recibirlo como una gran noticia, y por tanto con gran alegría; que la cabalgata de Reyes vuelva a las hoy 'peatonales' es ilusionante para todos, pues vuelve a poner la zona en el centro, que recupere su esplendor haciendo que Logroño y quienes nos visitan esa jornada la llenen de vida».

Así resume parte del sentir general Diego Ochoa, presidente de la asociación de comerciantes del oficialmente Paseo de las 100 Tiendas, quien pone voz a las esperanzas de un sector muy castigado tras la fallida remodelación iniciada el pasado mandato –sin fecha de conclusión tras un nuevo y reciente parcheo–. Aunque como en todo, y más teniendo en cuenta los precedentes, cada cual aporta sus matices. Comerciantes y hosteleros, al respecto, permanecen expectantes ante el paso de la comitiva real en la previa a la noche más mágica del año.

«Va a ser un poco experimento, a ver qué tal resulta», precisa José Luis Marañón, de Textiles Marañón. «Que no es la calle con las mejores características para que pase, de acuerdo, pero se agradece que pase», concluye en el último tramo de Juan XXIII antes de llegar a la Glorieta.

Desde el Ayuntamiento de Logroño, en este sentido y a requerimiento de Diario LA RIOJA, se confirma lo ya esbozado en una pasada reunión con los implicados, y es que en el tramo de Juan XXIII comprendido entre Calvo Sotelo y Duquesa de la Victoria, los negocios de los impares verán restringido el acceso durante el paso de la cabalgata, una hora aproximadamente, pues ahí las dimensiones de la calle hacen que el público solo pueda permanecer a un lado de la misma, porque el arbolado obliga a que el paso de las carrozas solo sea factible pegándose a la línea de fachadas este.

Ayer, pese a que nadie parecía tener claro la mecánica para controlar el paso, algunos de los afectados parecían asumirlo. «Habrá que mirar las cosas por el lado bueno», sentenciaba Rafael Arruga, desde Children's. «La verdad es que a esa hora nosotros por lo general ya estamos con el cambio de escaparate de cara a la temporada de rebajas, pero habrá que ver...», añadía Manu Serrano, de Cool Star. Mientras, en algún establecimiento desde donde prefieren guardar el anonimato, pese a considerar que la cabalgata puede resultar interesante desde el punto de vista de la dinamización comercial, sus dudas se centraban en saber cómo se gestionarán, precisamente, los accesos y si llegará a haber cortes como tal. El gobierno local, consciente de tales dudas, informaba a este periódico de que se dará cuenta del dispositivo en fechas venideras.

«Para esos negocios, portales incluidos, se prevé media hora previa al paso de la cabalgata y durante el paso de la misma (otra media hora larga ) y se les advertirá para que ni entren ni salgan», aclaraban posteriormente pendientes de ultimar los pormenores de la logística.

«Mientras pasa un desfile, el comercio tiene poco que hacer, porque la gente está a lo que está; pero no hay nada mejor como que la calle se llene. Ojalá pasaran los Reyes todos los días», espetaba Edurne Aguirre, de Tokio. «El acceso será limitado justo en ese momento, sí, pero todos tenemos que sumar», precisaba Naiara Oliver, de Piel de Artemisa. «El chocolate del loro», decía otro anónimo, poco o nada convencido. En Doctores Castroviejo, por su parte, lo esperan, pese a ser enero, como agua de mayo. «Me adaptaré a la situación, no queda otra... Supongo que tendré que quitar parte de la terraza, pero lo asumo», concluye Demetrio Cascón, de Días de Norte, pues también hay hostelería en el nuevo recorrido.