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Mouna Hafid Hafdane posa sonriente en el Parque del Ebro de Logroño. Sonia Tercero
Mouna Hafid

«Mi vida es igual con velo o sin él»

Musulmanas como Hafid practican el islam, pero sin cubrir su cabeza con el característico hiyab

Juan Marín del Río

Logroño

Sábado, 27 de septiembre 2025, 08:16

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«No es un accesorio de ropa, es una forma de mostrar que esta es mi religión y que yo creo en ella», afirma con seguridad Mouna Hafid Hafdane, una mujer musulmana que rechaza vestir el característico velo. Nacida en Tánger y llegada a España siendo apenas un bebé, Mouna creció entre las calles de Miranda de Ebro, donde desarrolló su formación con «compañeros de varias religiones». Hoy, a sus 25 años, vive en Logroño, ciudad que se ha convertido en escenario de su vida adulta, donde trabaja como responsable de calidad alimentaria y al mismo tiempo estudia la carrera de Nutrición. «Mi vida sería exactamente igual con velo o sin él; yo decidí no llevarlo», explica quitándole la importancia «que le dan otros».

La situación actual respecto a la prohibición del velo en el IES Sagasta es, cuanto menos, delicada. Por un lado, un centro que, tras décadas formando a estudiantes musulmanas sin que el hiyab que cubría sus cabezas fuera un impedimento, prohíbe su uso. Por otro, Eman Akram, una estudiante de primero de Bachillerato de origen pakistaní, que ya lidera la protesta en contra de la nueva norma y que parece contar con el apoyo de otros musulmanes, alumnos y políticos locales. Las fiestas mateas han interrumpido el curso académico y con él, las concentraciones que se venían produciendo en la salida del centro durante el recreo, a las 12.35 horas, sin embargo, este delicado asunto puede no haber hecho más que empezar.

Aquellos que practican una religión siempre tienen presente eso de ser un 'buen' cristiano, musulmán o hindú, pero en el caso de los que siguen el islam es algo relativamente subjetivo. «Esta religión se fundamenta en cinco pilares: creer en Dios, rezar cinco veces al día como parte de la rutina diaria, ayunar durante el mes sagrado del Ramadán, peregrinar a La Meca si las circunstancias económicas lo permiten y dar limosna a quien lo necesite, priorizando incluso a los vecinos de otra religión antes que tus propios familiares lejanos si están en mayor necesidad», explica Hafid, una «buena musulmana». Además, a diferencia de esos cinco dogmas, en el islam existen algunas prácticas recomendadas y «otras que se mencionan, pero que todavía no se ha llegado a entender a qué se refiere exactamente», indica. «El Corán tiene infinidad de interpretaciones diferentes; solo hace falta entrar en internet y comprobarlo», señala Hafid. El uso del hiyab «es una de ellas».

El libro sagrado para los musulmanes no reza «nada expreso» sobre la correcta forma de llevar este pañuelo, «pero sí que indica en una de sus oraciones que la mujer debe ir tapada», relata. «No explica el detalle ni el cómo usarlo, aunque es evidente que se refiere a que todo lo que suponga una atracción hacia el resto de hombres tiene que ser tapado para no llamar la atención», comenta.

«Si una musulmana lleva el hiyab solo por cumplir con otros, no es fe, es miedo»

Mouna Hafid

Musulmana sin velo

«Eman Akram solo tiene dos opciones ahora mismo: renunciar a su religión o a su formación»

Para Hafid, el velo no es un problema en la vida cotidiana de las mujeres. De hecho, asegura que «el 50% de las musulmanas en marroquíes no lo lleva», algo que responde a una cuestión cultural. «Hay lugares, como Pakistán, que es casi obligatorio llevarlo; en Marruecos, de donde soy yo –recuerda–, no es necesario», comenta haciendo hincapié en que «en España, el porcentaje es parecido, por lo que no debería ser un inconveniente para nadie». Para Hafid, el velo no es una prenda de vestir ni un adorno. «Si lo llevas solo por cumplir con otros, no es fe, es miedo». Como «comer a escondidas en Ramadán», uno termina mintiéndose a sí mismo. Al final, no se engaña a nadie más, sino que la honestidad personal queda comprometida frente a la propia conciencia.

Aboga por «la diversidad y la inclusión en las aulas», algo que considera «hace muy rico al país». Mouna Hafid es musulmana, pero también es española; tanto una cosa como la otra. Dos conceptos que no tienen porqué pisarse. «Espero que ningún derecho fundamental de las estudiantes sea vulnerado. Ahora mismo solo tienen dos opciones: o renuncian a su religión, o lo hacen a su formación», sentencia.

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«Mi vida es igual con velo o sin él»