Un grave incendio arrasa Zabaleta y pone en jaque los polígonos Cantabria y Las Cañas

«Una pena, una verdadera pena...», acertaba a decir Félix Lázaro sin poder evitar echarse a llorar. Las lágrimas del jefe de almacén y responsable del pabellón, que a esa hora se consumía entre llamas, llegaban tras varias horas con los bomberos luchando contra el fuego y una vez perimetrado el mismo en el intento de que no afectase a las naves vecinas. Si por el humo se sabe dónde está el foco del siniestro, en la tarde de este sábado las miradas de toda la ciudad, incluso de los pueblos del entorno, se dirigían al monte Cantabria.

Al parecer, un incendio de vegetación de la zona de matorral en los alrededores del mismo, entre los polígonos Cantabria y Las Cañas, desembocaba en un grave incendio industrial que afectaba a las instalaciones de la empresa Zabaleta, ubicadas en el primero, arrasándolas con todo lo que había dentro y poniendo en jaque los pabellones aledaños. Allí estaba personal de ambos polígonos pendientes de los trabajos de Bomberos de Logroño, efectivos del CEIS Rioja y Bomberos Forales de Álava. Algunos, caso de la firma Dachser, llegaron incluso a alejar sus camiones.

Todos miraban con tristeza hacia Zabaleta, con casi 50 años de trayectoria dedicada a la comercialización de todo tipo de materiales para la construcción y suministros para instalaciones, aunque también a la venta de muebles de cocina, baño y electrodomésticos. Toda una referencia que era consumida por unas llamas que, a última hora de la tarde-noche, quedaban «controladas».

De ello informó el propio Ayuntamiento de Logroño, quien precisaba que la madrugada, no obstante, se presentaba larga para los bomberos de la capital. «El fuego no está ni extinguido ni controlado, está confinado», explicaba el propio alcalde, Pablo Hermoso de Mendoza, desplazado a la zona industrial a las 19 horas, cuando desde la calle Las Cañas se lanzaba un «mensaje de precaución para la ciudadanía». Posteriormente, llegó la presidenta de La Rioja, Concha Andreu. Preocupaba el viento.

Desde la Administración local se advertía entonces de que «las personas vulnerables no abriesen las ventanas». "Personas con problemas respiratorios"... «y mayores, obesos, niños, embarazadas». Ya antes, y ante la creciente preocupación por la columna negra que ascendía al cielo y lo dominaba todo, se dijo que no suponía un riesgo para la población ni para el hotel que se encuentra en las inmediaciones. Desde la regional, por su parte, se pedía que nadie se aproximase al lugar del suceso.

Fueron, de hecho, cinco horas de incertidumbre, ya que el incendio se originaba a las cinco y hasta pasadas las diez no se informó de que había sido «controlado». Una hora antes se daba cuenta de que estaba «estabilizado», y se detallaba que se había llegado a trabajar con doce bomberos de Logroño con seis vehículos, nueve bomberos de Álava con cinco vehículos y con cuatro bomberos del CEIS Rioja con dos vehículos. Prueba evidente de su importancia.

Desde SOS Rioja 112 se concretaba posteriormente que a las 16.03 horas varios particulares alertaban del inicio del incendio, «en principio agrario forestal», en el polígono Cantabria, pero que «derivaba en un incendio industrial en una empresa dedicada a la venta de productos de fontanería y climatización».

Los esfuerzos se centraron en todo momento en perimetrar el fuego, del que en todo momento ascendía una amenazante nube, a fin de que no afectase a las naves vecinas: Embutidos Santamaría a un lado, Cubiertas y Aislamientos Riojanos al otro, y Vental en las traseras, donde podía verse terreno con la maleza arrasada y agentes de la Policía Local de Logroño y de la Policía Nacional, además de miembros de Protección Civil, vigilando las zonas limítrofes al peligro.

«Salvo los daños materiales del pabellón, no hay que lamentar ningún tipo de daño personal», se reiteraba a última hora de la noche. Se da la circunstancia de que en el interior de Zabaleta no había nadie cuando se declaró el incendio, pues los últimos trabajadores habían salido a las 13 horas. Así lo explicaba el jefe de almacén, quien trataba de reponerse asegurando que «vamos a seguir adelante, hay que pensar en los trabajadores» -entre 28 y 30, concretamente-.

El grupo Zabaleta, empresa de fontanería, calefacción, accesorios de baño, obra pública y muebles de cocina, entre otros, distribuye a La Rioja, Cantabria, País Vasco, Navarra, Soria, Burgos y Asturias. Los almacenes de Logroño, de entre 6.000 y 7.000 metros cuadrados, guardaban «mucho material», por lo que se estiman cuantiosas pérdidas.

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