Contra las dietas patrocinadas
Profesionales de la salud se oponen a recibir aportaciones que puedan condicionarles
Luismi Cámara
Domingo, 25 de junio 2017, 23:42
Causó sensación en redes sociales y se convirtió en viral con sus sencillas equivalencias. A un lado, un alimento; al otro, los terrones de azúcar que contenía ese producto. Impactaba y sorprendía a partes iguales. Visualmente asombraba la comparación y llevaba a aquel que le echaba un ojo a plantearse el consumo de algunos (o de muchos) de ellos.
Así, mostraba que una botella de medio litro de un conocido refresco de cola, una bebida habitual en estos días de altas temperaturas, supone un consumo de trece terrones y medio, unos 53 gramos de azucares añadidos, cuando la Organización Mundial de la Salud aconseja un consumo diario que no exceda los 24 gramos. Tomarse una, por tanto, no parece demasiado saludable.
FINANZAS... DE ANDAR POR CASA
Iglesias, ¿y tú qué propones?
Sin embargo, algunos de los productos que aparecen en esa lista viral y las marcas que los fabrican se suman, en ocasiones, como patrocinadores a congresos organizados por y para profesionales de la salud. Estas aportaciones económicas a este tipo de eventos despiertan el debate de si existe un conflicto de intereses entre lo que los especialistas quieren y deben transmitir y lo que las compañías que hacen su aportación pretenden conseguir asociando su marca a la transmisión de consejos y pautas saludables que aportan estos actos.
El debate se ha desatado con intensidad en el campo de la nutrición y la dietética, en el que unos consideran que esas aportaciones no suponen una contradicción como fuente de financiación y otros las valoran como una fórmula publicitaria o una intromisión que puede llegar a condicionar la forma de valorar y avalar un producto. De la iniciativa de profesionales afines a esta segunda tendencia surgió la asociación científica Dietética Sin Patrocinadores (DSP). Sus componentes se basan en una premisa básica pero fundamental, como se explica en su web oficial: «La salud y la nutrición deben ser conocidas por el público y los profesionales con información actualizada y, sobre todo, sin influencia alguna por parte de la industria».
Paula Fernández no está asociada a este grupo («que ya supera los 200 integrantes»), pero lo conoce bien y está de acuerdo con algunas de sus ideas y tiene claro el fundamento para el que fue creado y la finalidad de borrar «la falta de credibilidad que rodea algunas veces a nuestro sector por culpa de algunas marcas». «Está claro que recibir una compensación económica puede sesgar la libertad a la hora de aconsejar y dirigir a un paciente», comenta la nutricionista y dietista.
Pese a que reconoce que no es el único sector en el que las presiones externas influyen en los profesionales, insiste en la importancia de mantenerse firme ante «propuestas y tentaciones muy jugosas» en un terreno «tan delicado e importante como el de la salud de la población». A esto se le añade la habitual «desinformación" existente en el mundo de la nutrición» y, por ello, Fernández valora la labor formativa de la DSP para aportar «datos reales y buen criterio». La negativa a recibir aportación alguna de marcas se extiende no sólo a aquellas que consideran poco saludables, también incluye a los fabricantes de productos sanos. «No queremos que nada nos confunda ni pueda interferir en nuestro trabajo», añade.
Precisamente, con el verano a la vuelta de la esquina, con las correspondientes preocupaciones de muchos de mostrarse de la mejor forma posible en piscinas y playas, los medios de comunicación en general y las televisiones en particular se lanzan a dar consejos para lucir en bañador. La nutricionista considera que «no todos los profesionales que salen en televisión están condicionados por publicidades y patrocinios, pero es evidente que también los hay con estos conflictos y son denunciados y atacados por ello en redes sociales», concluye Fernández.