Un grupo de móviles observa el móvil mientras estudia. LR

Vuelta a clase, ¿con o sin móviles?

Sin una normativa específica en La Rioja, los centros marcan las pautas y optan por restringir su uso salvo por motivos pedagógicos

Iñaki García

Logroño

Domingo, 7 de septiembre 2025, 14:34

La vuelta al cole ya está aquí. Este martes los alumnos riojanos regresan a las aulas y lo harán sin una normativa específica sobre el ... uso de los móviles en los centros escolares. Al contrario de lo que sucede en otras comunidades autónomas, La Rioja no tiene ninguna ley al respecto, por lo que son los propios centros los que establecen las pautas que se deben seguir y las consecuencias de no cumplir con ellas. Y, por regla general, todos parten de una misma base: el móvil está prohibido en las clases a no ser que un profesor apruebe su utilización por motivos pedagógicos.

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A falta de una norma, desde la Consejería de Educación sí que se ofrecen unos consejos, muy similares a las determinaciones que posteriormente toman los institutos. Esas pautas pasan por prohibir el uso de móviles tanto en Primaria como en Infantil y restringir esos fines educativos ya citados a Secundaria y cursos posteriores. A partir de ahí, cada centro determina cómo llevar a cabo ese seguimiento, así como el régimen sancionador.

Así, por ejemplo, institutos como el IES Hermanos D'Elhuyar de Logroño implantó ya hace varios cursos unas taquillas en la que los estudiantes depositan sus teléfonos al llegar al centro. «Nosotros les decimos que no traigan el móvil, pero si lo hacen lo dejan ahí; traen su propio candado, cierran la taquilla y no lo recogen hasta que se acaba la jornada», expone Pablo Rubio, jefe de estudios del instituto de la capital riojana.

Algunos centros, como el Hermanos D'Elhuyar, cuentan con taquillas para que los alumnos dejen sus dispositivos al llegar

En el IES Sagasta, mientras, está prohibido su uso en las zonas comunes, mientras que en el aula se limita a aquellas ocasiones en las que el docente lo determine. En cuanto al régimen sancionador, Alberto Abad lo explica. «Si se le pilla por primera vez se lleva el teléfono a Jefatura de Estudios, donde permanece hasta el final de la jornada; si es reincidente y esa situación se repite por tres veces, tienen que venir los padres a por el dispositivo», aclara.

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Distintas determinaciones

En otros centros de la región se va más allá. En la normativa del IES Valle del Cidacos, de Calahorra, se recoge específicamente la prohibición del uso de teléfonos móviles y dispositivos en el interior del instituto y se elevan las sanciones en caso de incumplir con esa norma, ya que el estudiante «podrá ser expulsado del centro en el periodo de tiempo que estime oportuno» Jefatura de Estudios. «Salvo que, voluntariamente, el alumnado entregue su móvil, («con la tarjeta SIM incluida», se apostilla en la regla del centro riojabajeño) por un periodo no superior a siete días», se aclara.

Estos puntos no solo se aplican a los móviles sino que su radio de acción abarca también otros dispositivos electrónicos, así como los auriculares, que «no podrán estar a la vista». Como sucede en el resto de los institutos consultados, las pautas establecidas al respecto no prohíben al alumno llevar su dispositivo al centro, pero sí su uso. Aun así, en el Valle del Cidacos se «desaconseja» portarlos al no tratarse de «elementos necesarios» para el trabajo diario y se deja claro que el centro no se hará responsable en caso de pérdida o sustracción.

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Las sanciones por un uso indebido van desde la incautación del móvil por unas horas hasta la expulsión del alumno

En Santo Domingo de la Calzada sucede algo parecido. Tampoco está prohibido que los estudiantes lleven su móvil, pero sí su utilización. «Usar el móvil dentro del recinto escolar se considera falta contraria a la convivencia y si ese uso implica difusión de imágenes o amenazas, insultos y similares, entonces se considera una conducta gravemente perjudicial para la convivencia», señala Miguel del Bosque, director del IES Valle del Oja.

En la mayor parte de estos espacios educativos se hace referencia a la toma de imágenes o la grabación de vídeos. No se permiten a no ser, de nuevo, que un profesor o un miembro del equipo directivo dé permiso. Así sucede, por ejemplo, en el IES Marco Fabio Quintiliano, de Calahorra, donde se especifica: «Cuando un profesor o un miembro del personal de Administración y Servicios advierta un uso indebido, podrá incautarse del aparato hasta una semana, avisándose a los padres o tutores legales de esta circunstancia».

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En el Manuel Bartolomé Cossío de Haro, por su parte, se está fomentando desde el curso pasado «la desconexión total» del móvil durante la jornada escolar. Así, en el caso de que un profesor lo requiera para alguna actividad, deberá avisar con tiempo suficiente a los alumnos y a sus familias. Una determinación similar a la que se sigue en otros muchos centros educativos de la comunidad autónoma.

Guillermo Medrano Profesor de Tecnología

«Si se aplican bien, son potenciadores del aprendizaje»

«Para mí, los móviles proporcionan más ventajas que inconvenientes». Sobre esa frase se sustenta la opinión de Guillermo Medrano acerca de la utilización de los teléfonos en las aulas. Se muestra favorable a su uso, pero tiene claro que, para aprovechar su potencial, hay que implantarlos de un modo adecuado. «No es fácil de aplicar», reconoce. «Si no se hace pedagógicamente bien pueden aparecer los problemas, pero en principio son herramientas que pueden potenciar el aprendizaje», añade. «Pero hay que hacerlo bien», reitera el profesor de Tecnología.

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Para resumir ese análisis, Medrano acuña una frase: «Se suele decir que la tecnología sin pedagogía es cacharrería». A partir de ahí, el docente desgrana algunas de las ventajas que, según su parecer, otorgan estos dispositivos a la hora de impartir conocimientos. «Yo, por ejemplo, me abrí un canal de YouTube y eso permite desde traducir lo que digo a alumnos que no entienden el idioma hasta un visionado más lento para los estudiantes que tengan más dificultad o poder ver el vídeo cuantas veces se quiera en sus casas», expone. «Si lo aplicas bien, es un potenciador del aprendizaje», apostilla el experto.

De cualquier manera, Medrano reconoce la necesidad de una planificación por parte del profesor para que el uso del móvil resulte el adecuado. «Si, por ejemplo, no se establecen bien los tiempos de uso, puede ocurrir que los alumnos se pongan a ver Instagram cuando terminen», afirma. Para evitar que eso ocurra, lanza una idea: «Si los propios alumnos hacen un decálogo sobre cuándo se puede recurrir al móvil y lo que ocurre si lo incumples, mejor».

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El profesor riojano avisa de que la tecnología «va a segur avanzando», por lo que se pregunta: «¿Qué futuro es analógico?». A esa cuestión, se responde él mismo: «Todo va a ir progresando, pero la idea es ir poniendo las pautas para un correcto uso de la tecnología; esta no es un problema, pero hay que utilizarla bien», concluye.

Carmen Castroviejo Psicóloga

«Se debe limitar rotundamente el uso del teléfono en las aulas»

La psicóloga Carmen Castroviejo no duda a la hora de decantarse por una postura en el debate sobre el uso de los teléfonos en los institutos. «Los inconvenientes son mucho más numerosos», sintetiza. «En las etapas infantil y adolescente, el cerebro se encuentra en pleno desarrollo y la utilización de los móviles no resulta adecuada», reseña la responsable del centro Apóyate, de Logroño.

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Castroviejo detalla igualmente que del uso excesivo de estos dispositivos provoca problemas de atención, por lo que llama a la prudencia sobre su empleo. «En mi opinión, se debe limitar rotundamente su uso en las aulas y, si se hace, ha de ser de manera muy puntual y haciendo que los alumnos tomen conciencia de la peligrosidad que implica», considera. «Además, los centros escolares son espacios llamados al contacto social y los estudiantes tienen que aprender que ese contacto tiene que darse sin un dispositivo de por medio; se está perdiendo el mirarse a los ojos y eso es algo fundamental en el desarrollo de una persona», añade la psicóloga.

Para ahondar en ese mensaje de prudencia, la responsable del centro Apóyate se apoya en un símil. «Cuando alguien va por un bosque, un terreno desconocido que puede entrañar peligros, va con cautela; lo mismo debe suceder con estos dispositivos», opina Castroviejo, quien advierte también de las «graves consecuencias conductuales» que puede provocar una mala utilización de estas herramientas. «La adicción al móvil produce unos efectos muy similares, al nivel de la mente, que otra a cualquier sustancias, además de generar una probabilidad mayor de crear adicciones de otro tipo», avisa.

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Por ello, además de en los centros educativos, Castroviejo incide en la necesidad de hacer un trabajo pedagógico al respecto en los hogares y solicita a los padres que actúen de ejemplo. «Recomendamos redactar un documento con normas y que las firmen para que el menor se comprometa a cumplirlas; así estaremos protegiendo su desarrollo y su salud en general», finaliza.

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