Los visados de vivienda caen a mínimos de 2015 en busca de «un crecimiento sostenible»

Y, en La Rioja, los datos de este 2024 hasta el mes de agosto resaltan el frenazo de la construcción, por contra de lo que está ocurriendo en España. Sin embargo, el sector no está alarmado. «La cifra demuestra el alineamiento entre oferta y demanda en busca de un crecimiento sostenible y sostenido», recalca Juan Ramón Liébana, secretario general de la Asociación de Empresarios de la Construcción, Promoción y Afines de La Rioja (CPAR).

Un ritmo «sostenible» que en los ocho primeros meses de 2024 se traduce en 285 visados, apenas la mitad de los certificados en 2022 (544) o en 2023 (575). En el histórico de datos, hay que bucear hasta los años del estallido de la burbuja para encontrar cifras similares: en agosto de 2013 fueron 372 los visados; en 2014 se quedaron en 265 y en 2015, el curso con mayor frenazo dentro de estadística histórica, bajaron hasta 259, apenas 26 más que en la actualidad.

Pero la situación actual en la comunidad es opuesta a la de entonces. «Ahora se está atendiendo la demanda real de vivienda libre. Si se quiere hacer, por ejemplo, vivienda social, se necesita más tiempo», indica Liébana

El parón se percibe principalmente en las viviendas en bloque, con cinco meses sin un solo visado, algo inédito en los últimos años, sobre todo después de un pasado reciente en el que se firmaron muchos certificados. «Después de años con acumulación de proyectos, vienen otros de parón. No se construye más de lo que se vende», incide Liébana.

Otra tipología constructiva, la de los unifamiliares, se mantiene (72 certificados de obra nueve en estos ocho meses, idéntica cifra que un año antes). «Hubo un 'boom' tras la pandemiaque ha decrecido, pero no ha desaparecido», apunta Juan Ramón Liébana.

Lo que sí aumenta es el número de visados para reformar y restaurar. De enero a agosto se firmaron 107 de estos proyectos, casi un 20% más que un año antes y un 30% más que en 2022. El desarrollo del 'Plan Revive', que fomenta la rehabilitación de viviendas en pueblos riojanos con jugosas ayudas del Gobierno regional, es una de las explicaciones a este repunte, aunque también se puede explicar por el alto coste de la vivienda nueva libre.

A pesar de esos brotes verdes, la caída de visados en La Rioja durante estos ocho primeros meses contrasta especialmente con los datos nacionales. Del frenazo del 49,5% a nivel regional se pasa al incremento del 14,8% en toda España durante esos ocho primeros meses del año, con casi 102.000 certificados de obra nueva, ampliación o reforma.

El sector, además, se enfrenta a sus particulares problemas, encabezados por la falta de mano de obra especializada, la carencia de suelo, unos precios de insumos que se inflaron en 2022 y que no han bajado o las dificultades de acceso al crédito por parte de los promotores, según argumentan desde CPAR. Esta combinación hace que los constructores continúen con sus proyectos, muy seleccionados, y puedan vender sobre plano.

Pero el ralentizamiento en la construcción, especialmente en bloques de pisos, llega en un momento en el que el acceso a la vivienda resulta cada vez más complicado por diversos factores. Y, según Óscar Martínez Solozábal, presidente de la Asociación Profesional de Expertos Inmobiliarios, el resumen es claro:«Actualmente hay poca oferta en el mercado. En España se tendría que construir el doble de viviendas».

Según Martínez Solozábal, para dinamizar la construcción en la comunidad, más allá del propio equilibrio actual entre oferta y demanda, «habría que abordar la falta de suelo, desarrollando espacios para la edificación; mejorar la financiación a los constructores y también acortar los plazos administrativos, que continúan siendo demasiado largos».

El secretario general de la patronal de los constructores, Juan Ramón Liébana, asegura que el sector vive momentos en los que la búsqueda del equilibrio es la premisa, porque para la dinamización son necesarias reformas estructurales.

– ¿Cómo está la edificación en La Rioja?

– La construcción regional navega a velocidad de crucero, con la oferta y la demanda alineadas y controlando las tensiones del precio del suelo. Es más, ahora mismo se puede hablar de más demanda que oferta. Se está atendiendo bien, con la construcción en muchos casos de segundas fases sin haberse concluido las primeras.

– La estadística dice que ha bajado la construcción de vivienda...

– Venimos de años con bastantes visados y en este han caído, es natural. Pero si hay un repunte en la demanda se va a producir un repunte en la construcción. En zonas de expansión de Logroño, como El Campillo, avenida de Burgos, Cascajos... se siguen viendo grúas. Y también en zonas concretas del centro.

– ¿Qué necesita el sector para ser más dinámico?

– Son muchas demandas. Por ejemplo, respecto al suelo, los municipios deben sacarlo al mercado con unas condiciones módicas de precio para construir vivienda social, en alquiler... El patrimonio parado no sirve de nada y ahí creemos que el Ayuntamiento de Logroño está tomando buenas iniciativas. Pero también hay que actualizar los planes generales, ya que casi el 70% no está adaptado a la normativa actual.

– ¿Es buena noticia la actualización de los módulos para VPO?

– Es una buena noticia porque no se puede construir con un precio pensado para hace quince años. La vivienda vale lo que vale y no puede costar lo de 2013. Pero hay que extenderlo a todos los municipios, no solo a Logroño.