La técnica que congela una de las secuelas del ictus

La crioneurolisis no es un método nuevo, es muy antiguo, pero su aplicación más habitual era como medio contra el dolor provocado por la lesión de un nervio. «Es mucho más moderno su uso para la espasticidad», señala Alfredo Rodríguez, médico rehabilitador que, junto a su compañera Ana Meléndez, la utilizó este jueves con ese fin en una intervención en el hospital Viamed Los Manzanos. «La Rioja es el primer lugar de España en el que se le ha dado esa aplicación», asegura el facultativo, quien ya había desarrollado este procedimiento con anterioridad en el Hospital de Calahorra.

Rodríguez explica que esa rigidez muscular que se busca eliminar viene causada por una lesión en la parte del cerebro que gobierna determinados movimientos. «Suele venir derivada de un ictus, pero también puede ser provocada por una esclerosis múltiple, por parálisis cerebrales infantiles o por lesiones medulares», enumera. Sea cual sea el motivo, lo que causa en el individuo es una «excesiva tensión muscular» y así, por ejemplo, hay personas que no pueden ni siquiera abrir una mano, detalla el especialista.

Ante situaciones como esta, lo que se busca es rebajar la actividad de los nervios para que los músculos estén «más blanditos». Y ahí es donde entra en acción la crioneurolisis. «No actuamos en el cerebro», recalca Rodríguez, quien vuelve al ejemplo anterior de la mano para explicar dónde se aplica. «Si es el nervio mediano el que cierra la mano, actuamos sobre él para que se pueda volver a abrir», apunta.

¿Y cómo se desarrolla la técnica? La base es la aplicación de frío. La congelación a temperaturas que pueden llegar los -70 grados. «Es una intervención ambulatoria y lo primero que hacemos es, con un ecógrafo, localizar el nervio que causa esa rigidez», explica Rodríguez. «Después ponemos anestesia en la piel y metemos la sonda que provoca la congelación de ese nervio; al hacerlo, su hiperactividad se reduce y eso trae como consecuencia una relajación de los músculos, que es el objetivo que perseguimos», apostilla.

La aplicación de esta técnica basada en la congelación trae asociadas dos ventajas, según Rodríguez. La primera es la rapidez en la consecución de resultados. «El efecto es prácticamente inmediato», resalta el médico rehabilitador, quien realizó la intervención de la mano de Meléndez y con el apoyo del anestesista Andrés García Londoño. La segunda de las ventajas es su mantenimiento en el tiempo. «Los efectos se mantienen durante muchos meses, incluso durante un año», se congratula, antes de remarcar que es necesario acompañar este método con rehabilitación. «Resulta muy importante porque así se puede mejorar mucho más la actividad de los músculos», destaca. «De cualquier manera, si con el paso del tiempo el paciente ve que se encuentra peor, se puede repetir la técnica», apostilla el especialista riojano.

Con estas ventajas, no es de extrañar que, para acabar, Rodríguez asegure que los pacientes que ya se han probado esta técnica estén «muy contentos» con los resultados. «Nos han dicho que, con diferencia, es lo que mejor les ha funcionado», concluye.