Daniel Marín I Director general de FP
«La sociedad está cambiando su percepción sobre la Formación Profesional»«No tiene sentido que en Formación Profesional vayamos creciendo solo en atención a la demanda del alumnado», advierte Marín
Son días de zozobra para padres y alumnos y de mucho ajetreo en la administración educativa. Todos los procesos de escolarización son dificultosos y polémicos, pero ninguno alcanza la complejidad de la Formación Profesional, con los 92 ciclos formativos ofertados en La Rioja.
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– La asignación de plazas en FP parece un proceso especialmente arduo.
– Sí; no tiene nada que ver con el de la ESO o con el Bachillerato, en el que los alumnos van pasando de curso a curso. Se parece más al proceso de asignación de estudiantes a los grados universitarios, pero sumando muchas universidades. En La Rioja, cada estudiante puede solicitar hasta cinco grados diferentes, ordenados según su preferencia. Con respecto al curso pasado, hemos reducido esa cifra de siete a cinco porque considerábamos que era excesivo. Aun así, siguen siendo muchos y eso hace que el sistema sea especialmente complejo.
– Hay casos de ciclos que siguen teniendo vacantes y aun así cuentan con listas de espera. ¿Cómo puede ser esto?
– Porque hay alumnos a los que les falta homologar sus estudios de acceso. Hasta que ese proceso no se dé, no se le puede adjudicar una plaza.
– Las listas de espera en algunos ciclos es elevadísima y, sin embargo, en otros hay siempre vacantes. ¿Hasta qué punto es posible o incluso recomendable adecuarse a los deseos de los alumnos?
– No tiene sentido que en Formación Profesional vayamos creciendo en atención exclusivamente a la demanda del alumnado. La FP debe dar respuesta a las necesidades del mercado laboral. Hay grados que gustan mucho al alumnado, por ejemplo Automoción, donde siempre se generan listas de espera altas. Sin embargo, el número de plazas para estudiar Automoción está ya muy en consonancia con lo que requieren los talleres, los concesionarios, etc. No tendría sentido crecer en esos títulos. También sucede al contrario: hay ciclos muy solicitados por las empresas, que ofrecen trabajo casi seguro, pero que, por alguna razón, no resultan atractivos para el alumnado. Tenemos un grado medio de Sistemas de Telecomunicaciones, impartido en cuatro centros, con gran demanda en el mercado y que suele tener plazas libres. Lo mismo sucede con la Escuela de Hostelería de Santo Domingo. Hay plazas libres, se necesita personal formado tanto en cocina como en sala, no paran de solicitarlos hoteles y restaurantes, pero hay plazas. Y lo mismo podríamos decir de los ciclos sobre el calzado en Arnedo.
– Al grado superior concurren tanto los alumnos de Bachillerato como los que llegan de los grados medios de FP. ¿Cómo se distribuyen las plazas?
– Un 40% para los alumnos de Bachillerato y un 40% para los que llegan de un grado medio. El 20% restante se reserva a alumnado especial, que si no se cubre se reparte proporcionalmente entre los dos. A mí me parece interesantísimo fomentar el trasvase de alumnos de Segundo de Bachillerato a la FP. En muchas ocasiones, los alumnos en cuarto de la ESO no saben qué estudiar y hacen Bachillerato sin tener una vocación clara por una carrera universitaria. Es interesante fomentar ese tránsito de alumnos de Bachillerato al grado superior de FP. Estamos hablando de estudiantes buenos, que en dos años pueden tener trabajo seguro.
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–Y siempre tienen abierta la puerta de la Universidad.
– No puede haber más vasos comunicantes entre la FP y la Universidad; tanto de ida como de vuelta. Hay casos de gente que acaba un grado superior y luego quiere seguir estudiando en la Universidad, pero también sucede al contrario: graduados universitarios que desean aumentar exponencialmente sus posibilidades de trabajo con un título de FP y una formación más práctica de la que han recibido en la Universidad.
– ¿Los datos demuestran que hemos superado ya el prejuicio hacia la FP?
– Todavía nos falta, pero estamos recuperando el terreno perdido. La sociedad está cambiando la percepción sobre los estudios de FP. Nadie discute que ahora mismo es la opción más requerida por el mercado laboral. Y, además, la FP ancla a los alumnos en el territorio. El alumno normalmente se queda en la ciudad o en el pueblo; y eso es fundamental.
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