La Rioja encara el reto de la integración con un 25% más de extranjeros en sus aulas en 5 años
La distribución de alumnos inmigrantes no es homogénea entre redes, pero tampoco entre La Rioja Baja y la Alta
Durante años el debate sobre la integración de los alumnos extranjeros en las aulas de la región ha estado sobre la mesa. El temor ... a la segregación, a crear centros guetos, es uno de los retos que afronta la Lomloe. Pese a que ha sido objeto de discusión en no pocas de las reformas educativas con las que periódicamente y de forma coyuntural y acelerada se ha tratado de solventar la falta del necesario consenso político que alumbre un Pacto Educativo, lo cierto es que el choque cultural y la desigualdad de oportunidades es una asignatura pendiente en el conjunto del país. También en La Rioja.
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El asunto no es para nada insustancial, especialmente si se tiene en cuenta que la región, con más de quince por cada cien, es la segunda que, en proporción, más alumnos extranjeros acoge en sus aulas, solo por detrás de Baleares (16,3%).
Recurrentemente ha sido una de las comunidades con más alumnos de fuera matriculados en sus centros educativos, aunque la evolución ha ido paralela a la crisis económica de 2008. En el curso 2009-2010 tocó techo y fue la autonomía con más inmigrantes en las aulas de todo el país (17,2%), pero una economía convaleciente del colapso inmobiliario y amenazando recesión obligó a regresar a sus países a muchos de los inmigrantes que años antes habían venido a La Rioja en busca de un futuro prometedor. El curso 2016-2017 y el siguiente tocó suelo y a partir de entonces, la recuperación económica trajo consigo un incremento de la inmigración y, por tanto, de niños en edad escolar que volvieron a compartir clase con los nativos.
En los últimos cinco años el número de estudiantes inmigrantes ha crecido el 24,7% al pasar de 6.984 a 8.712. De ellos, 1.792, es decir, uno de cada cinco, estaban matriculados en la red concertada y el resto, en la pública, una proporción que se ha mantenido prácticamente invariable a lo largo de los años. Aunque también es cierto que tampoco es proporcional el número de alumnos que estudian en la pública –el 66,39% en el curso 2021-2022– y en la concertada (33,61%).
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La distribución de alumnos no es homogénea entre redes, pero tampoco lo es entre La Rioja Baja y La Rioja Alta, explica el consejero Pedro Uruñuela. Hay una afluencia mayor de inmigrantes a La Rioja Baja, a donde acuden atraídos por trabajos en el campo y en la industria agroalimentaria, de ahí que la atención que prestan desde Educación está más centrada en esta zona.
Uno de los retos de la Consejería es evitar que se condense un número excesivo de alumnos extranjeros en algún colegio y este es precisamente uno de los cometidos de la Comisión de Escolarización, órgano que vela por la distribución de los estudiantes extranjeros de modo que estén equitativamente repartidos.
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Idioma de origen
Otra de las preocupaciones de la Consejería es el número de alumnos cuya lengua de origen no es el español y, con el objetivo de normalizar su situación, «intentamos –explica el consejero– que estén el mayor número de horas posibles con alumnos de su edad porque hemos visto que es la mejor forma de que aprendan el idioma». No es lo único. También se les ofrece apoyo de idioma castellano.
Esta situación casi crónica de falta de equilibrio entre centros y zonas alcanza también a la capital. «No tiene nada que ver Logroño sur, con Logroño norte». En el norte «es donde están viviendo la mayoría de las familias que vienen de fuera y los centros que están en esa zona son los más solicitados por estas mismas familias, así que al final nosotros procuramos repartir y enviarlos a todo tipo de colegios», señala.
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Otro foco de preocupación «como factor de discriminación» es para Educación la asignatura de Religión Islámica y «políticamente –asegura– tengo que evitar que sea un factor de segregación».
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