El idioma, el principal escollo
Rincón de Soto ·
El colegio cuenta con 350 alumnos de los que el 42% son extranjeros y urge la ampliación del centro
El CEIP Eduardo González Gallarza de Rincón de Soto cuenta con 350 alumnos y el 42% son extranjeros, según explica su directora, Silvia Abad.
En septiembre recibieron nueve matrículas de las cuales seis eran de estudiantes que no saben castellano, que se unen a la llegada de otros tres del tercer trimestre del curso pasado. Con esta cantidad se ha solicitado el aula de inmersión lingüística.
Hace dos décadas se produjo la incorporación masiva de inmigrantes. El centro aumentó a dos líneas (en segundo ahora tiene tres) y las instalaciones se quedaron pequeñas.
Destacan los de origen marroquí y después los portugueses. También hay algún ecuatoriano. En muchos casos vienen al pueblo por reagrupación familiar.
La ampliación del colegio lleva pendiente desde hace quince años o incluso más y Abad espera que sea una realidad pronto. No dispone de aulas suficientes y ha tenido que recurrir a la utilización de un laboratorio para convertirlo en una clase normal.
Hay familias que no consideran prioritaria la educación y se marchan de vacaciones en cualquier época del año (un mes o más). Esto requiere la adaptación del escolar cuando regresa con el esfuerzo que supone para los docentes y los chavales.
«El proyecto de patios dinámicos mejora la convivencia y la tutoría también ayuda a la hora de solucionar conflictos»
Alejandra Arias | Tutora de primero de Primaria
Entre lo positivo, Abad destaca la riqueza cultural con la implicación de los padres en actividades que enriquecen la educación. En otros casos los progenitores se desentienden y no tienen vínculos con el colegio.
«Para los niños, lo importante es que se incorporen desde la guardería porque vienen adaptados socialmente al grupo y con el idioma. Si lo hacen tarde hay que empezar de cero con edades de incluso diez, once o doce años», señala la directora.
La tutora de primer curso de Primaria, Alejandra Arias, tiene a dieciocho niños en su clase, once de origen extranjero y siete españoles.
«La dificultad del idioma supone el primer problema. Se requiere también un refuerzo individual en todas las materias, además del específico de alfabetización, necesario para que cojan soltura», comenta Alejandra.
«Tenemos que bajar un poco el ritmo, pero se imparte toda la materia. A nivel social no se nota la diferencia en los primeros cursos, quizá sí cuando son más mayores», asegura.
Para favorecer la socialización y promover que estén unidos, se lleva a cabo el proyecto de patios dinámicos, que comenzó ayer con juegos en los que interactúan. Evita que se creen grupos y es el segundo año que se realiza. «Mejora la convivencia y la tutoría semanal también ayuda a la hora de solucionar conflictos», afirma la docente.
Además del PROA para los alumnos, el colegio ofrece este año una actividad palanca, con ayuda del Ayuntamiento, de atención a las familias dirigida a las madres a través de charlas y alfabetización.
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