«No queremos pensar cuando ese padre se despierte y sepa que murió su hija»

Los cuatro viajaban en un todoterreno Range Rover, que en el momento del siniestro se encontraba a medio recorrido, entre Castro de Limés y el Alto del Acebo. Cuentan los testigos que «el vehículo, en un momento dado, se detuvo», algo que asociaron a una maniobra de cambio en la tracción, lógica en este tipo de rutas de montaña. Pero, de repente, «se escuchó como el ruido de un acelerón» y el todoterreno «salió disparado para atrás en lugar de seguir hacia delante». Se encontraban en pendiente, en una zona muy poco arbolada, y el Range Rover acabó precipitándose por una ladera, dando vueltas de campana.

«Cayeron durante medio kilómetro, hasta que unos árboles le pusieron freno. Terrible», cuentan en Cangas del Narcea. Los dos chicos salieron despedidos, mientras padre e hija –Javier y Berta Vares– quedaban atrapados dentro del vehículo. «No era un tramo especialmente complicado. No sabemos qué pudo pasar», barruntaban ayer vecinos y personas cercanas. De buscarle una explicación a lo sucedido se encarga la Guardia Civil, que se desplazó de inmediato al lugar del accidente y tiene abierta una investigación, en la que serán fundamentales los testimonios de los tres ocupantes del Range Rover que fueron rescatados por los servicios de emergencias. Algo que, dada la gravedad de su estado, en este momento muy delicado, no es ahora posible.

El padre de la joven fallecida era conductor experimentado y ya había participado en otras ocasiones en la Ruta Saltasucos. Él y su mujer –que esperaba en la capital canguesa con el resto de la familia a que terminasen el recorrido– están muy vinculados al concejo, aunque residen en Madrid. En Cangas del Narcea sí residen los otros dos ocupantes del 4x4, que sufrieron traumatismos craneoencefálicos severos, además de rotura vesical, en un caso, y neumotórax, en el otro. Tienen 17 y 20 años, respectivamente, y son hijos de una prima carnal del conductor.