Un prelado universal, un hombre de su pueblo

Si hay algún lugar en especial donde la muerte del cardenal Eduardo Martínez Somalo causó verdadera conmoción fue en su localidad natal, Baños de Río Tobía, porque como dijo su sobrina Teresa Martínez, «era una persona indescriptible. Un sacerdote ejemplar, lo mismo que como tío, porque no solo miraba por su familia, sino que también lo hacía con el mismo cariño por todo el mundo, en especial por sus paisanos».

Esa es la tónica general de las apreciaciones de quienes le conocieron y trataron, como es el caso del párroco de Nájera, José Félix Sáenz Olarte, quien tuvo a bien ser el responsable parroquial de Baños «durante 26 años», con lo que coincidió con él «en algunas celebraciones, tanto en el pueblo como en Roma».

El sacerdote recordaba ayer especialmente al purpurado ahora fallecido, «sobre todo por su gran cariño a su pueblo y su cercanía a la gente del pueblo, donde era muy querido». También se refería a «su cariño a la Virgen de los Parrales, que es la patrona del pueblo, y a la Virgen de Valvanera, porque llevaba a La Rioja muy dentro».

En ese sentido aludía a que «cuando visitaba su pueblo cada verano por las vacaciones, un mes escaso, visitaba Valvanera y algunos otros lugares, y como fue prefecto de la Congregación de Religiosos, también acudía a algunos monasterios, sobre todo a los de las monjas de clausura».

Pero sobre todo, Sáenz subrayaba su «cercanía con la gente», recordando que en sus periodos vacacionales en Baños, «todos los días bajaba a la ermita de la Virgen de los Parrales, celebraba la misa en la parroquia, sobre todo los domingos, administraba la confirmación y daba facilidades para todo».

El párroco najerino recordaba fechas memorables para el cardenal bañejo, como «cuando fue hecho obispo» o cuando «se le recibió en el pueblo ya como cardenal, con una fiesta con todos los sacerdotes de la comarca». Asimismo destacaba «la gran confianza que tuvo con él el Papa Pablo VI», y cómo su sucesor Juan Pablo II «despachaba con él todos los días cuando fue secretario de Estado del Vaticano».

En ese sentido aseguraba que todos los pontífices con los que convivió de cerca «le tuvieron mucho cariño, lo mismo que Benedicto XVI y ahora Francisco, que le ha visitado en el apartamento donde vivía ahora, porque como ya estaba delicado no salía».

Sáenz recordaba su última visita a Martínez Somalo en Roma, «hace tres años, con el actual párroco de Baños, y nos trató con mucho cariño. Pasaba el tiempo rezando, pidiendo por la Iglesia, y hablando por teléfono con su familia, porque por su salud ya no podía venir a hacer su descanso veraniego. Me preguntó por mi familia, por toda la gente del pueblo, pues tenía una memoria tremenda».

Aunque a la hora de escribir esta información, se desconoce la fecha y el lugar de su funeral, señalaba que «yo sé, porque me lo dijo hace tiempo, que su ilusión era ser enterrado en Baños, porque me dijo: 'Aquí en Roma, cuando pase el tiempo, ¿quién me va a rezar?'. Era una institución en Baños y para el pueblo fue una gloria muy grande», concluía el sacerdote.

Desde el Ayuntamiento bañejo, su alcalde David Villoslada resolvió decretar luto oficial en el municipio durante los días 11, 12 y 13 de agosto, así como convocar una sesión extraordinaria de pleno para las 20.00 horas de hoy, en la que se dará lectura a un manifiesto del Ayuntamiento por la pérdida del cardenal, y se acordará suspender todos los actos lúdicos durante el luto, hacer ondear las banderas a media asta y trasladar las condolencias a los familiares del fallecido.

Villoslada también destacaba ayer «que el cardenal era una persona muy querida y muy significativa. Ha paseado el nombre del pueblo por todo el mundo, y con un cargo de mucha importancia. El recuerdo que tiene la gente es de cariño hacia él, porque él derrochó ese cariño con ellos con anterioridad». El fallecido ya tiene una calle que lleva su nombre y también la casa de cultura fue bautizada como cardenal Eduardo Martínez Somalo.