Pimpinela, dúo formado por Pilar Alegría y Yolanda Díaz J. García

Impuestos y pedagogía

«Los impuestos son el precio que pagamos por la civilización. En la selva no existen» (Oliver Wendell Holmes)

Pío García

Logroño

Domingo, 23 de febrero 2025, 08:53

Con los impuestos –oímos– hay que hacer pedagogía. Lo dice Yolanda Díaz, lo dice María Jesús Montero, lo dice Patxi López, si me apuran lo ... dice hasta Feijóo. Abascal no hace pedagogía porque ahora mismo se dedica a hacerle de monaguillo latino a Trump y eso está más cerca de algunas parafilias que de la ciencia política. Mientras Santi gozaba de lo lindo en Washington con la frikibanda de la motosierra, sus rivales pedagógicos se enfrentaban esta semana en España a cuenta de la tributación del nuevo salario mínimo interprofesional.

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Este debate nos está ofreciendo impagables postureos y una bonita escena matrimonial entre Yolanda Díaz y Pilar Alegría, las nuevas Pimpinela. Me asombra la nefasta política de comunicación del PSOE, que se ha dejado ganar por la mano en un asunto tan sensible. Es algo sorprendente porque la vicepresidenta Montero tiene argumentos sólidos, perfectamente socialdemócratas, para defender que el listón del IRPF siga como está pese a la subida del salario mínimo.

No se trata, como erróneamente se dice, de «exonerar» a quienes lo cobran, sino de elevar el límite exento de tributación, lo que supone una bajada de impuestos para todos, también para las rentas altas. Quienes defendemos la necesidad de una tributación justa para sostener los servicios públicos, debemos contemplar con satisfacción y no con estupor que la subida del SMI haga que más ciudadanos sobrepasen ese límite y que, por lo tanto, se vean impelidos a entrar en el sistema. Otra cosa es que paguen muy poco o casi nada.

Cuando uno contempla los mohínes de Yolanda Díaz, que va por la vida como cayéndose continuamente de un guindo, puede sacar la impresión de que pagar impuestos es un marrón del que hay que intentar librarse, lo que, se mire como se mire, redunda en la mala fama tributaria (¡pedagogía!). Pagar impuestos no debería plantearse como una obligación exclusiva de las rentas altas –aunque ellas deban pagar más–, sino como un compromiso de todos los ciudadanos con la sociedad, cada uno en la medida de sus posibilidades. En este sentido, el IRPF es un instrumento fiscal más justo –por progresivo– que el IVA, que grava el consumo y afecta lo mismo a la hija de Amancio Ortega que al sintecho que se compra un brick de vino en la Glorieta.

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Por esta misma razón resulta chocante que el PP, reiteradamente crítico con las subidas del SMI, se disfrace ahora de Robin Hood y recurra al tremendismo para acusar a la ministra Montero de «hacer caja» con los pobres, como si ella misma les robara el dinero y se lo llevara a su casa. Hay que fiscalizar en qué se gasta el dinero el Gobierno y criticar los indudables excesos que cometen todas las administraciones, pero no debemos olvidar que, si queremos mantener unos servicios públicos decentes, los impuestos son necesarios. Montero hace la misma caja que antes hacía Montoro. Bajar los impuestos es una opción política perfectamente defendible, pero no lo es tanto insinuar que la tributación es un robo. ¡Pedagogía, aquí sí!

Lo que no tengo tan claro es que, pese a las razones que le asisten, el PSOE aguante el tirón. Quizá mañana nos intenten convencer de lo contrario.

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