Palabras para concienciarse en la carretera
La DGT sensibiliza a los conductores con testimonios reales de víctimas de accidentes de circulación, usuarios del CRMF de Lardero
Pilar, santurzana de 49 años, fue embestida por otro conductor que se distrajo. Jorge, un joven burgalés de 20 años, fue atropellado. Rubén, madrileño de 42, sufrió un accidente de moto. Son algunos de los testimonios que pudieron conocer de primera mano los conductores que este martes circulaban por la carretera LR-250, entre Villamediana y Logroño, acompañando a la Guardia Civil en un control.
La Dirección General de Tráfico ha presentado así la campaña 'Mi experiencia te puede salvar la vida… Recuerda lo que hablamos'. Junto a los agentes, usuarios del Centro de Recuperación de Personas con Discapacidad Física (CRMF) de Lardero ofrecen su testimonio a los conductores con el objetivo de concienciar sobre el peligro de consumir alcohol y drogas. «Ayuda mucho a ver una realidad que a veces parece muy lejana. Son testimonios que impactan pero ayudan al conductor a concienciarse», explicó la directora provincial de Tráfico de La Rioja, Beatriz Zúñiga.
«Algunos piensan que no les va a pasar, pero les pasa», dice Jorge, que fue atropellado
Relatos vitales como el de Pilar Castañeda, en silla de ruedas y que trata de recuperarse «lo que pueda, dentro de estas circunstancias no deseadas ni elegidas», en el CRMF. El accidente lo sufrió hace seis años, cuando reanudaba la circulación con su vehículo tras parar en un semáforo de la ciudad y otro coche la arrolló en una intersección. «Un conductor que venía de la derecha utilizó dos segundos en algo que no debía, distraerse con la radio. 'Solo han sido dos segundos, chiquilla', me dijo, pero esos dos segundos sirvieron para esto», cuenta Pilar señalándose sobre la silla de ruedas.
Lo cuenta con entereza. Revela, además, que eso es «la parte visible, pero luego hay otra que no es visible, lo que va por dentro y con la que vivo diariamente, vivir una no vida». Eso debe de ser lo más duro, asumir lo sucedido, seguir viviendo pese a todo. Por eso el testimonio de víctimas de accidentes de tráfico como Pilar, Jorge o Rubén causa impacto y tiene el poder de concienciar. «Yo estoy muy sorprendida y contenta porque a los que me he podido acercar ni beben ni han bebido, o al menos es lo que han dicho, que son precavidos», expone agradecida.
Pero, como en su propio caso, hay una parte incontrolable, la que corresponde a otros conductores: «No depende únicamente de ti sino también de el de al lado, y aquí está la prueba», dice volviendo a ponerse como ejemplo. Cuenta una anécdota: un hombre que fumaba un purito al volante presumía ante ella de no haber sufrido un accidente en años, «sin embargo, para tirar la ceniza por la ventanilla se ha distraído 3 segundos. Eso es un exceso de confianza que puede terminar, con suerte, en silla de ruedas», asevera.
«No eres consciente»
Adriana Jorge, villametrense de 22 años, fue una de las conductoras que escuchó el testimonio del CRMF y declaró que «me parece muy bien, tenemos que concienciar más a la gente de que no beba ni se drogue si va a conducir». En su caso, relató Adriana, «he tenido malas experiencias, así que cuando salgo procuro no beber o, si voy acompañada, el que conduce no bebe, pero sí es verdad que los jóvenes no están aún muy concienciados. Cuando te sacas el carné de conducir vas a lo loco, no eres consciente, pero te puede pasar porque hay mucha tontería».
«Un exceso de confianza puede terminar, con suerte, en silla de ruedas», asevera Pilar Castañeda
Jorge Pardo sufrió un atropello en el 2016 y pedía ayer a los conductores que cumpliesen las normas: «Que la gente no beba ni tome drogas si va a conducir porque, si le pasa lo mismo, se va a hundir y luego hay que tirar para adelante como sea, por narices, luchar por lo que quieres. No hay más». Jorge, víctima de un accidente de tráfico, es consciente de que «algunos piensan que no les va a pasar, pero después les pasa».
Rubén Morgado, de Colmenar Viejo (Madrid), sufrió su accidente en 1994: «Estuve jodidísimo, dos semanas en coma y en el hospital cuatro meses. No sabía ni hablar ni andar por el accidente. He nacido dos veces y, bueno, estoy aquí», expone como si nada, con una naturalidad pasmosa.