El najerino que ha desvelado el ADN de las hormigas

Joel Vizueta ha comandado un grupo internacional de investigación genética sobre estos insectos que acaba de publicar la prestigiosa revista 'Cell'

Víctor Soto

Logroño

Jueves, 17 de julio 2025, 07:20

La cultura popular nos habla, desde bien pequeños, de la laboriosidad de las hormigas, ejemplo perfecto del trabajo sin descanso, el esfuerzo y el compañerismo ... en pos de un bien común. Sin embargo, esos lugares comunes nacidos de la observación en ocasiones carecen de un soporte científico. Y a descubrir esos misterios que se encierran en los hormigueros se lanzaron hace casi una década un numeroso grupo de científicos entre los que, desde 2020, está el najerino Joel Vizueta.

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Trabajando con el denuedo y el corporativismo propio de las hormigas, este grupo de investigación publicó hace unas semanas en la revista 'Cell', una de las más prestigiosas del mundo, un artículo titulado 'Radiación adaptativa y evolución social de las hormigas', en el que por primera vez se recoge el análisis genético de 163 especies de este insecto, mostrando las diferencias y similitudes de un animal muy unido a la vida del hombre, pero todavía bastante desconocido.

«Las hormigas son fascinantes –explica Vizueta– gracias a su jerarquía social, con una reina, unas trabajadoras... pero sobre todo a que son organismos sociales, como los seres humanos. Pero las hormigas lo llevan siendo más de 157 millones de años», abunda el najerino.

El riojano lleva cinco años en Copenhague, desde donde ha coordinado a 25 grupos de investigación

«Quiero centrarme en unas hormigas que recolectan hojas para alimentar a un hongo», explica Vizueta

Darwin ya se preguntaba cómo habían podido evolucionar las hormigas hasta esta especialización tan clara y Vizueta y su equipo han logrado dar unas primeras respuestas analizando y comparando el ADN de muchas especies. «Por primera vez lo tenemos secuenciado y comparado y eso ya resulta muy valioso para otros investigadores que vengan después», indica Vizueta. Pero hay más. «Gracias al genoma hemos reconstruido la relación de las hormigas estudiadas [hay que recordar que existen más de 15.000 especies en el mundo] y hemos encontrado genes específicos que nos muestran la evolución de cada una», abunda.

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Por ejemplo, uno de esos análisis se ha centrado en los receptores olfativos de las hormigas, un sistema químico-sensorial que utilizan para reconocerse (saber si pertenecen al mismo hormiguero, por ejemplo), conocer sus roles o mantener una fila ordenada para ir a buscar comida. «Hay muchísimas diferencias entre las especies. Algunas tienen más de 100 receptores cuando la media entre los insectos es de unos 40», indica Vizueta desde Copenhague.

Pero lo que ha admirado sobre todo a este grupo de científicos internacionales es la capacidad de las hormigas de reestructurar su genoma. «Las aves o los mamíferos mantienen ese llamémosle orden en los genes, pero las hormigas cambian y solo mantienen los clave para diferenciar, por ejemplo, entre obreras y reinas», argumenta. «Queda claro que existe una correlación entre la mayor reorganización genética y el mayor número de especies», añade. Así que las hormigas están diseñadas para mutar y adaptarse, lo que les ha hecho capaces de sobrevivir y prosperar en todo el mundo «salvo en la Antártida».

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El artículo pone punto y final al trabajo de campo y laboratorio de un consorcio que nació en Copenhague pero que se ramificó por China, Alemania y otros países hasta sumar «25 grupos de investigación». En la coordinación el papel de Vizueta ha sido clave, ya que él se ha encargado de los análisis genéticos y de conducir los esfuerzos de todos los grupos en la misma dirección, pasando por encima, incluso, de una pandemia. «Con esta publicación hemos abierto la puerta a todo tipo de estudios que, desde la genética, quieran entender las características de una especie», relata Vizueta.

Pese a que el artículo está recién publicado, este najerino que dejó su localidad para estudiar Biotecnología en Barcelona y, posteriormente, recaló en Dinamarca para centrarse en el estudio de los insectos sociales, ya piensa en sus siguientes retos. Y no saldrá del hormiguero. «Quiero centrarme en unas hormigas que solo existen en Sudamérica que recolectan hojas para alimentar a un hongo que vive bajo tierra para luego comérselo». Es un único linaje de hormigas el que lo hace y solo hay unas termitas en Sudáfrica que 'cultivan' su alimento», explica fascinado.

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Y todo, por ahora, desde fuera de España. «Lamentablemente, si quieres continuar con la investigación científica hay muchas oportunidades fuera de España», reseña. Aunque en un futuro no descarta regresar, ahora el objetivo es lograr otra beca para seguir ampliando sus posibilidades de estudio, algo que, después de haber logrado firmar como primer autor en la prestigiosa revista 'Cell', tiene mucho más cerca.

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