El físico Alberto Casas, en la Casa de las Ciencias de Logroño, en donde ha impartido una conferencia sobre el multiverso Justo Rodríguez

Alberto Casas

Doctor en Física Teórica
«La hipótesis del multiverso parece muy loca, pero está bien fundamentada»

«La mecánica cuántica nos dice que la percepción que tenemos de la naturaleza es en cierto modo una ilusión», apunta el investigador zaragozano

Pío García

Logroño

Viernes, 12 de septiembre 2025, 08:00

«En mecánica cuántica todo es muy loco», resume con una sonrisa Alberto Casas, doctor en física teórica y profesor de investigación en el Instituto ... de Física Teórica de Madrid (CSIC-UAM). El científico zaragozano, que ha trabajado en el CERN y ha publicado varios libros sobre la materia oscura y la revolución cuántica, ofreció ayer una conferencia sobre «la física del multiverso» en la Casa de las Ciencias, organizada por las áreas de Química Física y Física Aplicada de la Universidad de La Rioja. Sus palabras fueron dibujando uno de los conceptos más sorprendentes, extraños y fascinantes de la física, una hipótesis que al principio nadie se tomó muy en serio. Su autor, Hugh Everett III, harto de que no le hicieran caso, acabó encerrado en sí mismo, apartado de la universidad y trabajando para la industria militar. Pidió a su mujer y a sus hijos que, cuando muriera, echaran su cuerpo a la basura.

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– ¿Por qué escogió usted la física teórica?

– Desde pequeño me gustaba la astronomía, el espacio, la ciencia ficción... Pero hubo un factor que seguro que influyó mucho: mi padre era físico.

– ¿En algún momento de su carrera ha dicho: 'para qué me habré metido en esto'?

– Sí, claro que sí. Por ejemplo, cuando hice la tesis doctoral no lo pasé muy bien. Pensé que ni me gustaba ni valía para esto. Siempre hay momentos así.

– Cuando se investiga en ciencia básica, ¿es mejor ser cabezota o saber dejarlo a tiempo si los resultados no acompañan?

– Tiene que haber un equilibrio. Sin ser un poco cabezota nunca vas a profundizar en algo hasta el final. Hay que tener ese punto romántico de meterte a fondo en los problemas, pero es muy importante que si las matemáticas te dicen que esa intuición tuya no funciona, más vale retirarse a tiempo o buscar otras vías. Hay que tener la humildad de reconocerlo. En este trabajo se aprende bastante a ser humilde porque de cada diez ideas que tienes, nueve no funcionan.

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– Imagino que cuando una funcione, el subidón será tremendo.

– Sí, sí. Aunque a veces te parece que has encontrado una idea realmente importante y luego la experiencia te demuestra que estás equivocado o esa idea ya se había descubierto antes... Normalmente las ideas que funcionas son ideas buenas, pero no tan buenas.

– ¿Teme que la actitud anticientífica de Trump suponga un frenazo para la investigación?

– En Estados Unidos lo está suponiendo ya. Hay muchos físicos allí, tanto de origen extranjero como estadounidense, que no están a gusto. Les están bloqueando proyectos de investigación, les ponen dificultades... Además, la física fundamental tiene un problema: a veces no tiene una aplicación inmediata práctica, y eso a los políticos no les suele gustar.

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– ¿Hay alguna posibilidad de que España o Europa en general pueda atraer todo ese talento?

– Sí, ahí existe una oportunidad. De hecho ya han contactado con nosotros físicos americanos excelente que están sondeando la posilidad de irse. Sería fantástico que Europa los atrajera. Ocurriría lo que sucedió en Estados Unidos después de la Segunda Guerra Mundial.

– Pero para eso habría que invertir.

– Sí, claro. Si quieres atraer a alguien importante debes ofrecerle un salario acorde.

– Entre los jóvenes investigadores, ¿la precariedad es tanta como se dice o hay posibilidades de desarrollar una carrera?

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– Las dos cosas son ciertas. Es un momento precario y eso hay que decirlo claramente. La carrera tiene muchos atractivos, pero la incertidumbre es importante porque no hay puestos suficientes para estabilizar a quienes la inician. Además, es una carrera de fondo. Un estudiante debe hacer la tesis doctoral y luego una o dos estancias postdoctorales en otras universidades europeas y siempre con dudas sobre si podrá estabilizarse. Ahora bien, yo también le diría a un joven que tiene vocación que es el momento de intentar hacer lo que le gusta. Tiempo tendrá de dejarlo o de buscar otras cosas.

– En una entrevista tras el hallazgo del bosón de Higgs, usted anticipaba que en los siguientes diez o veinte años podían llegar descubrimientos espectaculares, realmente valiosos. ¿Hasta qué punto es así?

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– No me extraña que dijera eso porque todos estábamos muy emocionados en aquel momento. El bosón de Higgs es el descubrimiento más importante en física de partículas en los últimos setenta años. Era un pieza clave y muy distinta a todo lo que se había visto hasta entonces. A partir de ahí se abrían muchos enigmas. Casi todos los misterios de la física tienen que ver con el bosón de Higgs y pensábamos que algunos de esos misterios se iban a desvelar. Lo cierto es que, aunque se han descubierto cosas interesantes, eso no ha sucedido... Otra área muy importante de investigación es la materia oscura. Sabemos que existe en el universo pero no de qué está hecha. Hay muchos experimentos tratando de detectarla y hasta ahora no se ha producido. Cuando se descubra eso será una revolución incluso más importante que el bosón de Higgs, pero de momento...

– Ha dicho que de joven le gustaba la ciencia ficción. ¿Le sigue gustando o ahora le parece una sarta de tonterías?

– Me sigue gustando. Entiendo que un cineasta se permita licencias. Hay películas que son puro entretenimiento, como 'Los guardianes de la galaxia', a las que no les vas a pedir rigor científico, y otras que sí intentan estar más pegadas a la física. 'Interestelar', por ejemplo, a mí me encanta. Es muy rigurosa, salvo al final porque la historia también debe tener su parte emotiva.

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Muchos universos

– Ha hablado usted en Logroño del multiverso, un asunto muy explotado por la ciencia ficción. ¿Pero qué es el multiverso para un físico?

– Hay teorías científicas que son hipótesis, pero no hipótesis locas sino modelos serios, bien fundamentados. Por ejemplo, el del universo inflacionario. Sin haberlo previsto, ese modelo conduce de manera natural a la existencia del multiverso. Serían universos similares al nuestro pero separados por distancias colosales y quizá en momentos del tiempo también distintos. El nuestro solo sería uno más de una colección gigantesca de universos.

– Pero usted y yo no estaríamos ahora también en esos otros universos.

– En principio no. Los modelos actuales de universos inflacionarios no respaldan esa posibilidad. Pero esta solo es una de las hipótesis. Otra es la llamada 'teoría de los muchos mundos', que es una interpretación de la mecánica cuántica bien fundamentada. Y ahí sí que habría otro tú y otro yo alternativos que estarían aquí mismo, aunque no podríamos interactuar con ellos. Es una producción continua de universos que suceden aquí y ahora, no a millones de años luz, pero con los que no podemos interactuar. Esto, que parece fantasía, para un electrón está comprobado: un electrón puede estar en una superposición de estados. Comprobar eso en un sistema macroscópico, como somos nosotros, es mucho más difícil. Pero es una teoría que está bien traída, aunque su objetivo inicial no fuera crear un multiverso, sino entender el fenómeno del colapso, que es el postulado más incómodo de la mecánica cuántica.

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– ¿Esta es la teoría de Everett?

– Efectivamente. La formuló en 1957 y fue ignorada por completo.

– La física le debe entonces una disculpa.

– Así es. Aunque la teoría no es mayoritaria, cada vez hay más físicos, y algunos muy prestigiosos, que simpatizan con esta interpretación de la mecánica cuántica. Parece una hipótesis loca, pero es que en mecánica cuántica todo es muy loco.

– Cuando un lego se asoma a la mecánica cuántica, le parece que todo es un caos.

– La mecánica cuántica nos dice que la percepción que tenemos de la naturaleza es en cierto modo una ilusión. Vemos esta mesa y nos parece que tiene una posición fija y una velocidad fija. Pero cuando uno escarba ahí abajo, en las partículas elementales, descubre que esto es en realidad una aproximación de nuestro cerebro. Las cosas son más caóticas y más contraintuitivas de lo que parecen. Es algo parecido a lo que sucedió hace miles de años, cuando la gente pensaba que la tierra era plana y luego se descubrió que las cosas eran más complejas y más interesantes.

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– Bueno, hay gente que sigue pensando que la tierra es plana.

– Jamás se me hubiera ocurrido que pudiera haber terraplanistas. Cuando ya ves eso, llegas a la conclusión de que cualquier cosa es posible.

– ¿Cómo debemos acoger las verdades científicas? ¿En qué punto el necesario escepticismo puede convertirse en negacionismo?

– Las verdades científicas siempre están en cuarentena. Nunca se puede decir que una teoría está comprobada. Pero son aproximaciones sucesivas a la verdad. Cada teoría científica es mejor que la anterior y normalmente le engloba: demuestra por qué funcionaba en determinadas circunstancias y en otras no. La teoría de Newton era más perfecta que la de Galileo, pero la englobaba. Y más tarde sucedió lo mismo con la teoría de la relatividad de Einstein, a la que aún no se le ha encontrado un fallo. Pero siempre hay que estar abiertos a que esa teoría pueda ser modificada. No hay leyes sagradas en ciencia, pero las teorías que funcionan muy bien hay que aprovecharlas y trabajar con ellas.

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