Salud deja en manos de los que pasen el COVID cuándo recibirán la tercera dosis
La recomendación es esperar cinco meses tras el contagio, pero se permitirá pedir cita a partir de las cuatro semanas
la rioja
Logroño
Viernes, 28 de enero 2022
Una recomendación, un margen mínimo, y una decisión personal. Salud ha decidido que cada uno de los miles de personas que se han contagiado de COVID en esta sexta ola antes de la tercera dosis de vacuna decida cuándo quiere recibir ese refuerzo de inmunización.
Así es el nuevo protocolo del Plan de Vacunación de La Rioja, que ha optado por abrir el abanico según las necesidades de cada uno. Se recomienda para los mayores de once años, eso sí, esperar cinco meses. Se entiende que quienes han pasado el COVID teniendo inoculadas las dos primeras dosis de Pfizer o Moderna están suficientemente protegidos contra el contagio (y contra la gravedad de la enfermedad, en todo caso) durante ese periodo. Y se establece un periodo mínimo de cuatro semanas desde la infección.
Pero entre ambos, lo dicho: cada uno elige cuando quiere la inmunización. Partiendo de que, según explica el director general de Salud Pública, Pello Latasa, «lo importante no ha cambiado: las vacunas son seguras, son eficaces y son la herramienta que nos permite protegernos frente al virus».
Por qué cuatro, por qué cinco
¿Por qué esperar cuatro semanas? Porque, explica Latasa, los vacunados han de estar «sanos». «Si estás infectado no se genera una buena respuesta inmune». Es necesaria una convalecencia (y un plazo de seguridad) para que la vacuna sea eficaz.
¿Y por qué esperar cinco meses? Porque los estudios van apuntando inequívocamente a que hasta los seis meses la respuesta inmune conseguida tras la infección se mantiene muy robusta. Luego va decayendo, «aunque no lo hace en picado, y no en todos los factores». Decae poco a poco, por ejemplo, la eficacia contra el contagio. «La protección contra la gravedad en la infección se mantiene sin embargo muy estable».
Esperar esos cinco meses sería, por tanto, la manera de maximizar la protección durante más tiempo. Entonces, ¿por qué no se ha decidido simplemente obligar a esa espera de cinco meses? Por razones que van más allá de lo sanitario.
Pasaporte caducado
«Cinco meses hubiera sido lo más lógico», explica Latasa. «Pero también hay criterios administrativos que hay que tener en cuenta». Así, por ejemplo, resulta que desde el 1 de febrero entra en vigor una nueva norma a nivel comunitario que hará que el pasaporte COVID caduque nueve meses después de la segunda dosis, si no se ha recibido la tercera. Y hay una buena parte de la población que necesita ese documento en vigor para sus actividades económicas o de otro tipo. «Al final, las excepciones podrían ser más que la norma», señala. Por eso se ha decidido «que la recomendación sean cinco meses, pero ser flexibles».
Todo eso, partiendo además de que no hay ningún problema en vacunarse en cualquier momento entre esas cuatro semanas y los cinco meses. «Es posible que si uno se vacuna antes de esos cinco meses la respuesta inmunitaria sea ligeramente menor, pero estamos hablando de una diferencia casi marginal, de décimas».