Una reconfortante carta en la puerta de un supermercado logroñés

Los trabajadores del Alcampo de la calle Emilio Francés de Logroño (antes, Simply) se han encontrado con una grata sorpresa esta mañana. En la puerta del supermercado había un cartel pegado a través del cual un vecino del edificio contiguo y habitual cliente les daba las gracias por su trabajo y mostraba su solidaridad con ellas en relación a un hecho difundido por una trabajadora de un supermercado que recibió un anónimo en el que se le instaba a abandonar su edifico «por el bien de los vecinos».

«Os conozco bien, son muchos años haciendo la compra y, en cierto modo, formáis parte de mi vida y de la de mi familia», comienza la carta.

«Quiero que sepáis que mi mujer, mis hijas (la pequeña está aquí, la mayor se ha quedado atrapada en Tenerife) y yo os estamos inmensamente agradecidos y os lo decimos de corazón. Vuestro trabajo procurándones los víveres que necesitamos para comer os encuadra en la Legión de Personas Heróicas, gracias a las cuales esto no se ha convertido en el apocalipsis. Ahora se ve lo inútiles que son los »genios de las finanzas», los famosetes, las «estrellas mediáticas» y demás figuras que parecían tan importantes y que ganan tanto parné, como si se lo merecieran».

El cliente continúa su misiva aludiendo al suceso de Cartagena. «Os escribo esto porque he visto como a una compañera vuestra de Cartagena le pusieron una nota instándole a que «se fuera a otra parte» porque, por su oficio de trabajadora en un supermercado podía «extender el contagio». Lo peor es que esta nota (sin firmar, por supuesto) la recogió un niño de diez años que como bien supodréis, se echó a llorar».

«En estos días tan horríbles, sale lo mejor del ser humano, pero por desgracia, también lo peor. Queridas compañeras, quiero que sepáis que a nosotras estas actuaciones nos parecen REPUGNANTES y que os apoyaremos a tope y que siempre estaremos agradecidas». (Al final de la carta aclara que se expresa en femenino porque en su familia son mayoría mujeres).

«Esto pasará y dentro de unos años, mis hijas, mi mujer y yo contaremos a nuestros nietos con gran orgullo el heróico comportamiento de todos los profesionales, entre ellos las trabajadoras del Simply».

Concluye la carta, contando que todos los días salen al aplauso de las ocho y «uno de los destinatarios del aplauso sois vosotras».

«Siempre con vosotras, compañeras, recibid nuestro más afectuoso abrazo, currantas», concluye el vecino.