Plena Inclusión crea un servicio de apoyo a familias con discapacitados

Plena inclusión La Rioja pone en marcha un servicio de apoyo con expertos en el ámbito de la discapacidad, para familiares de personas con discapacidad intelectual.

Según ha detallado esta organización en un comunicado, se trata de dos servicios de apoyo con expertos en el ámbito de la discapacidad, con dos profesionales de reconocido prestigio dentro del ámbito de la discapacidad intelectual a nivel nacional e internacional: Angels Ponce, terapeuta y Ramón Novell, psiquiatra, según recoge Efe en una nota.

Por un lado, Plena inclusión La Rioja ha puesto en marcha un servicio telemático de apoyo emocional para familiares de personas con discapacidad intelectual o del desarrollo durante el periodo de aislamiento derivado por el COVID-19.

Se ha planteado como un espacio de apoyo emocional para que las familias puedan afrontar esos difíciles momentos con más recursos de apoyo en la gestión del estrés, la ansiedad, con sesiones dinamizadas por la terapeuta familiar Angels Ponce.

Con el objeto de una mejor gestión del servicio se han establecido dos grupos; uno dirigido a familiares de niños con discapacidad intelectual, en atención temprana o edad escolar, y otro grupo dirigido a familiares de personas con discapacidad intelectual jóvenes y adultas.

Este servicio de apoyo emocional para familiares de personas con discapacidad intelectual o del desarrollo va a desarrollarse semanalmente, los miércoles y los viernes, hasta que finalice el confinamiento provocado por la pandemia del coronavirus.

Por otro lado, el servicio que cuenta con el psiquiatra experto Ramón Novell se celebra semanalmente o quincenalmente, en base a la demanda de situaciones de alteraciones conductuales que presentan las personas con discapacidad intelectual durante el confinamiento.

Estas sesiones se llevan a cabo con el Equipo de Salud Mental de Plena inclusión La Rioja; en ellas participan familiares de las personas con discapacidad intelectual que presentan alteraciones de conducta.

En este caso también se contempla la participación de la propia persona con discapacidad intelectual, cuando los profesionales consideren que es beneficioso para ella y no se le va a exponer a un entorno que le genere o provoque crisis conductuales.