Consejos para limpar el interior del coche durante el estado de alarma

Llevas un mes en casa y no podría estar más limpia. Has pasado tanto los cristales que hasta piensas que los vecinos aplauden desde sus balcones por lo que lucen tus ventanas. ¿Y el coche?, que le diría Alsina a Rajoy. En el garaje. Ahí está bien. Hay que quedarse en casa. Pero como al final vas a tener que usarlo (compras, ir al tajo...) mejor que no sea un potencial foco de infección. Los transportistas profesionales hace tiempo que prestan especial atención al interior de sus vehículos y nosotros deberíamos hacer lo mismo.

Eso sí, recuerda que lavarlo por fuera está prohibido. Desplazarse a una estación de servicio para darle un manguerazo al vehículo está considerado como una violación del confinamiento decretado por el estado de alarma. Podría costarte hasta 601 euros. Mejor guarrete que multado.

Lo importante, como en la vida, es el interior. De la carrocería, suficiente con dar jabón a los tiradores de las puertas. Es lo único que vas a tocar realmente. Un buen líquido limpiacristales se ocupará de las lunas.

Dentro ya, la cosa cambia. Los coches modernos tienen más botones que la casaca de un soldado inglés y ya sabemos que luego las manos van a todas partes. Porque tú nunca has matado el rato de espera en un semáforo pescando, ¿verdad? Ni volverás a hacerlo.

Ante el repertorio de gestos inconscientes que realizamos al volante, aquí van las recomendaciones para que, por lo menos, las superficies estén libres, dentro de lo posible, del dichoso Covid-19.

Los mismos que en casa. Salvo la lejía, que puede destrozar las tapicerías. Tampoco son recomendables los limpiadores con base de amoníaco, que pueden estropear las pantallas táctiles. Alcohol, agua y jabón son los mejores aliados en esta crisis. Lo ideal es fregar bien primero, secar y después pasar alcohol sobre las superficies ya limpias y secas. Secar es importante. Y ventilar el interior del vehículo al final.

Todas, lógicamente. Pero lo más importante es el volante (con todos sus mandos), el pomo de la palanca de cambios y el freno de mano, los tiradores de las puertas, los reposabrazos y el cinturón de seguridad. Son los elementos con los que más contacto mantenemos. Además, todo el cuadro de instrumentos, la radio, el salpicadero y los asientos. Sí, esos grandes olvidados en los que apoyamos casi todo nuestro cuerpo. Para los asientos lo mejor es el agua con jabón, sin inundarlos, que nos conocemos, y frotar suavemente. Las tapicerías de cuero soportan el alcohol, pero si nos pasamos dejará manchas y decoloración. Sentido común, por favor.

Durante la limpieza es recomendable. Desechables, claro. Pero es mejor el jabón y una estricta higiene que la falsa sensación de seguridad del látex. Una buena idea es tener un botecito de alcohol o gel desinfectante en el vehículo con el que limpiarse las manos al entrar y al salir. No se debe descartar contar con toallitas con una concentración superior al 70% de alcohol para repasar volante, pomos y tiradores cada vez que aparcamos el automóvil tras su uso.

Si vas solo en el coche es innecesaria. Si viajas con otros, que solo debería ser al médico, sí está bien contar con ellas. Hay que valorar lo que incomoda o puede llevar a afectar a la visión, al subir la mascarilla por encima de la nariz. Las medidas de seguridad al volante siguen estando antes que las sanitarias.

Lo normal es que la compra viaje en el maletero. Y como todos los culos, el del coche tampoco suele ser tener una higiene quirúrgica. Saca todo lo innecesario que acostumbramos a acumular ahí, desinféctalo y recuerda que si lavas todo lo que entra en casa desde el supermercado, cómo lo transportas también tiene su importancia.