David Ijalba posa ante el centenario pino de La Ribera de Logroño, declarado Árbol Singular de La Rioja. D.M.A.

David Ijalba | Asociación de Ambientólogos de La Rioja

«Construimos más rápido de lo que la ciencia puede probar los perjuicios»

La entidad aboga por la educación ambiental en toda la sociedad y cree necesario prepararse para el cambio climáticoDavid Ijalba Asociación de Ambientólogos de La Rioja

Diego Marín A.

Logroño

Lunes, 4 de noviembre 2024, 07:37

La Asociación de Ambientólogos de La Rioja (Adalar) ha cumplido veinte años. Desde 2019 la preside David Ijalba (Logroño, 1982), graduado en Ciencias Ambientales por ... la UNED, técnico en comunicación y divulgación científica, y en recuperación de fauna silvestre, así como profesor en la UR.

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– ¿Por qué se fundó Adalar?

– Por una parte, por una inquietud ambiental de quienes la promovieron, y por otra, por sentirse representados porque era una carrera que se inició en el curso 2000/01. En aquella época, quienes se licenciaban en Ciencias Ambientales se sentían solos en el mundo. Todavía hoy la gente no sabe qué es un ambientólogo.

Sobre los ecologistas

«Es necesario que haya movimientos ecologistas pero hay que dar un enfoque científico y técnico a las valoraciones»

– ¿Sois biólogos?

– Son carreras distintas. Biología, Química o Enología están muy asociadas a una profesión, pero el graduado en Ciencias Ambientales tiene formación en Biología, Química, Derecho Ambiental..., es decir, de todas las ciencias relacionadas, sin profundizar. Somos como el médico de cabecera del medio ambiente.

– ¿Cuál ha sido la trayectoria de Adalar? Porque antes no tenía la actividad que tiene ahora.

– En principio, la asociación se dedicó más a la parte recreativa y educativa con salidas más para los propios miembros. Desde los últimos quince años ya nos hemos dedicado más a todo tipo de proyectos que tienen que ver con el medio ambiente y creemos muy importantes la divulgación.

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– ¿Sienten que su opinión técnica es invisibilizada por la más popular de los ecologistas?

– El ecologista es un representante de la sociedad y es necesario que haya movimientos ecologistas porque durante décadas han sido la voz, y siguen siendo, muy necesarios. Pero también hay que dar un enfoque científico y técnico a las valoraciones, no solo por ideología. Hay que justificar que ciertas cosas hay que hacerlas de determinada forma porque hay estudios que así lo avalan. La herramienta a usar es la ciencia, para gestionar el medio ambiente de la mejor manera posible.

Sobre El Corvo

«La base puede estar bien pero hablar de reforestar la zona... No creo que esté deforestada sino que tiene una vegetación específica»

– En la Mesa del Lobo se les tiene en cuenta como parte técnica. ¿Es una excepción o cada vez se cuenta más con ustedes?

– Por suerte, cada vez más el ambientólogo está visto como un técnico del medio ambiente y que consideren nuestra opinión en proyectos como ese es importante.

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– El 60% del territorio de La Rioja es masa forestal. ¿Se cuida lo suficiente esa superficie?

– La respuesta se puede enfocar desde la parte administrativa o la social. A las dos hay que exigir. Los gobiernos deben ser más eficientes e invertir más en técnicos y programas. La sociedad también debe ser responsable, no deberíamos esperar a que se produzcan todos los meses acontecimientos como la DANA de Valencia para darnos cuenta de lo que es el cambio climático. Ahora lo estamos empezando a ver esporádicamente, no nos damos cuenta y así vamos mal. Muchos cambios políticos vienen dados por la sociedad y es esta la que tiene que exigir mediante cosas aparentemente banales como desplazarse de forma sostenible o el consumo local.

– Todo es mejorable. ¿Qué mejoraría usted en el cuidado de la naturaleza en La Rioja?

– La naturaleza la hemos heredado, y nos precede la gestión forestal de los años 40 y sucesivos mediante la que se repoblaron los espacios sin cobertura arbórea con un patrón que entonces se creía correcto: plantaciones de pino. Seguramente a nivel de biodiversidad, gestión de incendios y aprovechamiento forestal no sea lo mejor, pero lo que sabemos ahora no se sabía entonces. Lo que debemos pensar es en cómo queremos que sea La Rioja en 2050 y empezar a dar pasos como, en periodos de cinco años, programar cortes y plantaciones. Todo a fin de prepararnos para el cambio climático, los incendios...

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– ¿Se debe mejorar la educación ambiental temprana?

– Sí, pero sobre todo ampliar el margen. Desde Adalar hemos defendido siempre que la educación ambiental debe ser siempre de 0 a 100 años porque no solo es importante educar a niños, que es fundamental. También hay que inculcar valores a la sociedad que tiene capacidad de decisión y monetaria para realizar cambios.

– ¿Hay alguna afección al medio ambiente en La Rioja que les preocupe especialmente?

– En su día un grupo de científicos establecieron nueve límites planetarios a los que no teníamos que llegar, nueve recursos cuyas barreras el ser humano no debería superar para vivir en equilibrio con la naturaleza ni ver comprometido su futuro. Ya hemos superado seis..., y los dos que más son el cambio climático y la pérdida de biodiversidad. Hay un tercero, el uso del suelo. Esas tres son las que más representación tienen no solo a nivel mundial, también en La Rioja.

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– ¿Puede concretar más?

– Los impactos que genera cualquier infraestructura en el medio ambiente se tienen que estudiar. Una línea de alta tensión conlleva un estudio de impacto ambiental y, si da el visto bueno, se puede construir. El problema es que construimos más rápido de lo que la ciencia puede demostrar los perjuicios de las infraestructuras. Con los parques eólicos ha pasado que antes se creía que solo afectaba a las grandes rapaces y ya hay estudios sobre que hay mayores afecciones a paseriformes [pájaros], murciélagos e insectos. Pero durante los cinco años de estudio científico se han podido construir treinta parques. En La Rioja cualquier tipo de infraestructura corta la conexión natural y no hay pasos de fauna, hay atropellos continuamente y que mueran tejones, garduñas, milanos... Son pequeñas piezas que vas quitando de la naturaleza y cuantas más perdamos, peor.

– ¿Y qué le parece el anunciado parque en el monte El Corvo?

– La base puede estar bien, aunque llamarlo parque nos lleva a una construcción. Y hablar de reforestar la zona... Yo no creo que esté deforestada sino que tiene una vegetación específica. Hay especies, aunque visualmente no estamos acostumbrados a ver esa naturaleza. El Corvo no debe convertirse en un parque de atracciones ni su punto fuerte tiene que ser un mirador, se debe controlar la circulación de motos, conservar la biodiversidad y cambiar lo menos posible el uso del suelo.

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