De charla, sin prisa y con pausa

Protagonista indiscutible en la construcción de la historia de esta región, el Camino es, sin embargo, poco conocido para los riojanos. Un extraño incluso para muchos que apenas saben de su existencia casi en la puerta de casa. Aunque también es cierto que no han sido pocos los otros, los que ya han sellado su credencial y recogido su Compostela después de dejarse suelas y aliento en todos o en parte de los 770 kilómetros que acercan Saint Jean Pied de Port, en Francia, a Santiago en las entre 31 y 33 etapas más tradicionales. Las que cruzan La Rioja, con Logroño y Grañón como hitos primero y último, hacen la octava y novena, además de parte de la décima, la que parte de Santo Domingo de la Calzada y se adentra en Castilla por Belorado.

Son estos tres tramos del conocido como Camino Francés, de cuya existencia hay constancia escrita casi milenaria, los coprotagonistas del proyecto 'El Camino de Santiago en La Rioja: personas, palabras y paisajes' que desde hoy tendrá continuidad cada domingo, a lo largo del mes de julio, en estas páginas y en la edición digital de Diario LA RIOJA (larioja.com); y que a partir del día 9 del mismo mes, cada viernes, se asomará a la programación de TVR, la televisión autonómica de Vocento, que se ha sumado a esta iniciativa periodística con una serie de tres programas que recogerán cada uno de los recorridos del itinerario sociocultural y religioso más transitado de Europa.

La presidenta del Gobierno de La Rioja, Concha Andreu, comparte con el Camino el protagonismo de este proyecto. Andreu aceptó una proposición tan poco habitual como dejar el despacho durante tres días, calzarse las botas y enfrentarse a los casi 60 kilómetros que suman la etapas riojanas al lado de un periodista. La consigna era dejarse empapar de la esencia del Camino, permitir que su magia la encontrase. Una invitación a algo así como una terapia, nada científica, pero terapia al cabo, después de 14 meses de pandemia que han coincidido en el tiempo con la mayor parte de sus dos primeros años al frente del Ejecutivo. Meses sin tregua, desbordados de emociones como invitando a una ciclotimia perpetua. Era esta, pues, una propuesta paliativa para charlar como se hace en el Camino: con pausa, sin prisa y con la serenidad que proporciona semejante entorno. ¡Ah!, y la política habría de quedarse esos días en el cajón de la mesa de trabajo. La Concha Andreu presidenta permanecería en el palacete de Vara de Rey porque el objetivo nada secreto era, es, descubrir y presentar a la Concha Andreu mujer, la hija y la madre... la persona que disfruta de la vida y la sufre, como todos, pero que desde hace poco más de dos años está al frente del Gobierno de esta región, que alcanzó siendo aún una semidesconocida.

El itinerario empieza en el Puente de Piedra de Logroño, en la caseta del antiguo fielato que hoy hace las veces de recepción a los miles de peregrinos que en un año normal (¡ay, un año normal!) atraviesan La Rioja por esta inveterada ruta.

Durante tres días, Concha Andreu y este periodista anduvieron los caminos y hablaron, hablaron mucho; entre ellos y con otros peregrinos que en aquel fin de semana que cerraba mayo empezaban a menudear en el Camino. Navarrete, Sotés, Ventosa y Nájera en la primera jornada. Azofra, Cirueña y Santo Domingo de la Calzada en la segunda. Para la de cierre, apenas un paseo entre la ciudad del Santo Abuelito y Grañón, en la línea imaginaria que separa, mimetizada en un paisaje colosal, La Rioja de la vieja Castilla.

La experiencia acabó como acaban siempre las incursiones en esta línea infinita y mágica trazada por miles de vidas que es el Camino: en un abrazo de emoción contenida. Pero eso se lo empiezo a contar aquí mismo la semana que viene.