«Arrendar ahora es un riesgo, los propietarios de pisos tienen las de perder»

Nueve de cada diez dueños de pisos que deciden sacarlos al mercado para arrendarlos son «pequeños propietarios, hablo a nivel nacional pero se puede extrapolar el dato a La Rioja». En muchos casos, prosigue, «puede que aún tengan la hipoteca por la compra de esa vivienda y con el alquiler la van pagando, o la tienen como una segunda renta o se la van a dejar más adelante a su hijo. Si dejan de cobrar esa mensualidad, pueden comenzar sus problemas».

Porque con el fenómeno de la okupación el mercado todavía se ha complicado más. «Empezamos a ver 'inquiokupas', es decir inquilinos que exigen al propietario una rebaja de la renta. Y aunque no se la concedan, siguen en el piso a toda costa». Por ello Martínez Solozábal no duda en afirmar que los caseros de las viviendas «tienen las de perder», más allá de que los procesos judiciales se prolongan en el tiempo a veces hasta tres años o más.

«La Administración de Justicia también tiene que ser más diligente», señala. Más allá de que en los desahucios «cuando hay por medio una familia vulnerable, con un determinado número de miembros sin trabajo o escasos recursos o, sobre todo, con niños pequeños, la indefensión para el propietario es mayor». Por ello considera que el Gobierno «sí tiene que ayudar a los inquilinos con esas necesidades pero no a costa de perjudicar a la otra parte, que tiene que asumir pagos que no ha generado».

Al mercado de alquiler, dice este experto inmobiliario, también está llegando la 'niñofobia', el temor o rechazo a arrendar pisos a familias con hijos pequeños «pero no por miedo a que puedan ocasionar destrozos en la casa sino porque en caso de que haya problemas con el pago del alquiler, será más difícil, por no decir imposible desalojarlos». Con este escenario, «no es que cueste animar el alquiler sino que es muy fácil desanimar», concluye Óscar Martínez Solozábal.