Los animales provocan más de un accidente diario en las carreteras riojanas

No es, según los datos de la Dirección General de Tráfico (DGT), nada especialmente raro el toparse con un animal suelto en la calzada. En algunos supuestos, la buena visibilidad o la alerta anticipada antes de llegar al lugar convierte a esta coincidencia en menos de un susto, sin embargo, en los casos en los que la invasión de la vía es repentina y en malas condiciones de conducción, la colisión es casi inevitable.Es lo habitual en los 482 accidentes en los que se vieron implicados animales en 2023, un centenar menos que en el pico, de 2021 (584) después de un ligero descenso pandémico. La tendencia general es al alza.

Los daños materiales son importantes –con una indemnización media de 1.500 euros según los últimos informes de aseguradoras–, sin embargo, LaRioja no ha tenido que lamentar en el último lustro víctimas mortales a causa de estos siniestros y solamente en el 2% de ellos se producen heridos, de diversa consideración. En 2023 fueron cinco –y ninguno de ellos requirió hospitalización–, bastante menos que en los precedentes (once en 2022 y trece en 2020 y 2021).

Los jabalíes son causantes de prácticamente la mitad de este tipo de percances (235 en 2023), trasladándose a las carreteras el incremento de ejemplares, especialmente por la pérdida de depredadores naturales, como el lobo, en las últimas décadas. También es notable su acercamiento a núcleos urbanos en busca de sustento, incrementándose los sucesos en estos entornos, alejados de hábitats forestales.

Tras los jabalíes, los corzos, con 128 accidentes en la región, mientras que el resto de especies aparecen a amplia distancia. La tercera es el perro –la primera entre las domésticas– con 38 accidentes en los que se ha visto implicado, seguida por ciervos (23), zorros (15) y aves (12).Vacas, caballos, gato montés, conejos, tejones, liebres... la lista sigue, si bien en líneas generales, el 87% de los accidentes son provocados por fauna silvestre.

También existen diferencias en la red de carreteras riojanas, con ciertas vías que concentran un gran número de accidentes, destacando la N-232, la de mayor extensión, con 72 siniestros en 2023, seguida por la N-111 (48), la autopista A-68 (42) y las autonómicas LR-111 (38) y LR-113 (34), siendo esta última la que más empeora sus cifras después de la contención de los años anteriores.

Todos estos números han puesto la problemática en primera línea de seguridad vial, con medidas intensificadas en los últimos tiempos para proteger tanto a los ocupantes de los vehículos como a la fauna. El más habitual es la señalización vertical en la carretera, con el clásico triángulo de precaución, pero desde hace un tiempo también se han extendido los vallados a los lados de la vía, que impiden el paso de animales y en ocasiones les guían hacía rutas de paso más seguras.

En La Rioja, una de las instalaciones más modernas es la de la recta entre Mahave y Baños de Río Tobía (N-113), que establece diferentes niveles de señales luminosas en función de la mayor o menor presencia estimada de animales. Balizas acústicas y luminosas para alertar al conductor y espantar al animal, silbatos instalados en los vehículos que generan sonidos de baja frecuencia perceptibles por los animales e incluso repelentes con feromonas de lobo son otros de los métodos de prevención.

Habitualmente, los accidentes contra animales son imposibles de evitar. Resultan imprevistos e impredecibles, pero sí que puede tomarse alguna medida preventiva y tener siempre en mente ciertos consejos sobre cómo actuar en caso de toparnos con este contratiempo en la carretera.

La atención es primordial, conducir con rigurosa prudencia en las zonas de concentración de fauna (habitualmente anunciadas por señalización) y especialmente por la noche, momento en el que se concentran la mayor parte de estos accidentes. De los 482 registrados en las carreteras riojanas en 2023, uno de cada tres se produjo entre las ocho de la tarde y las doce de la noche, mientras que las horas centrales del día son las de menos siniestralidad.

Por ello, durante la noche es importante conducir con luces de largo alcance si es posible para estar más prevenidos sobre lo que viene. Además, conducir a una velocidad moderada aumenta la capacidad de reacción en caso de toparnos con un animal, si bien las recomendaciones indican que, en caso de choque inminente, debemos evitar los volantazos o una maniobra brusca que agrave el accidente. Ante la colisión, pisar el freno a fondo para reducir la velocidad –salvo que circulemos a más de 90 km/h– pero levantar el pie justo antes del golpe, evitando así que el animal choque contra el parabrisas.