Trabajar en interior a 39 grados, «una tortura» en el Centro de Salud Mental de Albelda
La plantilla reclama que el problema del calor en las instalaciones se solucione porque «los internos están irascibles»
Ya solo sin entrar, en la puerta, el sol cae a plomo sobre el recinto ferial de Albelda de Iregua. Hace 35 grados y se suda aún si permaneces inmóvil. En el interior del Centro de Salud Mental, donde no funciona el aire acondicionado y la ventilación es insuficiente, uno no se lo quiere ni imaginar. La plantilla de profesionales se ha quejado, a través del sindicato CSIF, de que la situación, por el calor, es «insoportable», «inhumana», un «calvario». Las temperaturas en el interior pueden oscilar entre los 35 y los 39 grados, como afirman que sucedió el pasado domingo, pero la plantilla señala que el año pasado, en una habitación, hasta se alcanzaron los 43 grados en agosto.
«Esto es una penitencia, una tortura, pero no solo por nosotros, que al fin y al cabo trabajamos aquí 7-8 horas y nos vamos a casa, sino por los internos, que pasan aquí todo el día», declara Rosario Teinta, auxiliar de enfermería. «En los baños, en los que no hay ventilación, hay una sensación térmica que ni en una sauna», añade. Asegura la plantilla que este problema es diario desde que abrió el centro en el 2009 y que la situación se revierte en invierno cuando del calor sofocante pasan al incómodo frío, con hasta 8 grados en las habitaciones. «El edificio está mal hecho y lo han estado parcheando todos los años. Pasamos mucho calor y mucho frío. Han pasado todos los partidos, tanto PP como PSOE, y no han hecho nada. La contestación es que no hay dinero», indica Julia González, también auxiliar de enfermería. Y es que parece haber solo un termostato en un edificio de dos plantas y diferentes orientaciones.
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El Centro de Salud Mental cuenta con unos 90 usuarios en sus tres unidades y una plantilla de 150 trabajadores entre enfermeras, cocineras, limpieza… «No se trabaja a gusto, los internos están irascibles y nosotros también. Todos estamos alterados porque estamos incómodos. El comedor tiene un aislamiento muy malo, dicen que no pueden poner toldos porque la pared se vencería», expone Encarna Puchol, auxiliar de enfermería.
«Hemos pedido que nos instalen toldos, aire acondicionado… mientras arreglan la climatización, y no lo hacen», añade Rosario Teinta. «La sensación es que todos los años esperan a que pase la situación y no hacen nada. Hace más de seis meses nos prometieron unos 'pingüinos' [aire acondicionado portátil] y los deben de estar criando en el Polo Norte. Si algún empresario nos los quiere donar, estaremos agradecidos», subraya Elena Daroca, auxiliar de enfermería.
CC OO ha anunciado la presentación de una denuncia ante Inspección de Trabajo por las elevadas temperaturas, que «incumplen claramente los límites establecidos en el Real Decreto de seguridad y salud en el trabajo». «Esta situación pone en riesgo la salud y el bienestar tanto del personal como de los residentes, generando condiciones laborales y de vida inadecuadas», advierte CC OO, que asegura que el 19 de junio Salud aseguró que la enfriadora del centro sería reparada ese mismo día para paliar esta problemática y exige ahora una actuación urgente.
Tal es la mala situación que han pensado en dar de comer a los pacientes en el pasillo porque en el comedor, el pasado viernes, se superaron los 36 grados y no se podía respirar, por lo que algo básico como comer resulta un sufrimiento. El único sistema que funciona, unos ventiladores, los han comprado los propios trabajadores. Y en los ventanales, además de pancartas de protesta en las que se lee «SOS: Nos derretimos», han colocado, como medida casera y desesperada, los parasoles de los coches.
«Es muy complicado»
El problema se acrecienta por el hecho de que los internos del centro son personas con problemas de salud mental, de difícil manejo. «Muchas veces ellos no saben manifestar su malestar, si tienen calor, están incómodos o tienen sed, así que tenemos que forzar que beban, aunque no quieren. Muchas veces nos viene comida caliente y es complicado que estén en situaciones adecuadas. A veces están agresivos, es muy complicado», describe Tienta.
Luis Ángel González, gerente del Servicio Riojano de Salud, ha explicado que en el Gobierno de La Rioja son conocedores y están preocupados por el problema para intentar solucionarlo. «Nuestro servicio de mantenimiento está trabajando en ello. El sistema de refrigeración funciona, el problema es estructural, no es capaz de dar frío en todo el edificio, sobre todo en el comedor, que tiene una cristalera, y en las salas aledañas», argumenta Luis Ángel González. El responsable del Seris anuncia que «vamos a analizar con nuestros arquitectos e ingenieros cómo solucionar el problema, también vamos a reorganizar las zonas de actividad».
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