Una alumna sigue las clases 'on line' a través de su ordenador portátil. FOTOLIA

Abierto y 'on line', un antes y undespués en el modelo educativo

Desafío del COVID ·

La respuesta del profesorado fue muy buena, pero se evidenciaron carencias en competencias digitales

M. J. P.

Domingo, 20 de marzo 2022, 01:00

La pandemia del COVID-19 sacó a la luz una capacidad de resistencia, lucha y adaptación que, en muchos casos, resultaba inimaginable. El sector de la educación no ha sido ajeno; en dos años se ha producido un antes y un después en el modelo. «Ha habido un salto cualitativo muy claro en la integración de la educación 'on line' en cualquier tipo de universidad y centro, independientemente de si era originariamente 'on line' o no», resume Daniel Burgos, director del Instituto de Investigación UNIR-ITED y vicerrector de Proyectos Internacionales de la Universidad Internacional de La Rioja, que ha participado en el estudio 'Respuesta al desafío inicial de la pandemia de COVID-19: análisis de las respuestas internacionales y el impacto en la educación escolar y superior'.

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La investigación no se ha quedado en un estudio cerrado, sino que es un grupo de trabajo y, durante dos años, veinte académicos de todo el mundo han publicado artículos, impartido conferencias... y ha permitido sacar algunas conclusiones claras. «La primera es la preocupación que tenemos todos y que luego cada uno ha abordado de manera distinta». También han evidenciado que «hay un desconocimiento enorme de lo que significa el aprendizaje 'on line'». En cualquier caso, «la respuesta en España ha sido muy satisfactoria». Burgos destaca que «el compromiso que tienen los profesores es «para estar muy orgullosos», su aspecto «vocacional es espectacular». Aunque se han evidenciado «carencias, sobre todo a nivel de competencias digitales».

Otra de las conclusiones a la que llegaron los expertos es que «las instituciones han tenido una respuesta, por regla general, bastante ágil». Ahí destacó el papel de UNIR, a la que distintos centros acudieron pidiendo ayuda. Dentro de su campaña de responsabilidad social corporativa dieron «decenas de cursos y seminarios de acompañamiento a universidades y a profesores». Los centros tuvieron que afrontar una migración al sistema 'on line', que ahora que vuelve la presencialidad lleva a un modelo híbrido.

El ejemplo de An-Najah

España ha ocupado un lugar destacado en esa adaptación, aunque también, lógicamente, ha encontrado otros países en los que mirarse. «Hay modelos que han llamado mucho la atención» como es el de la An-Najah National University, incluida entre las mejores 500 del mundo y ubicada en Nablus, la tercera ciudad más importante de Palestina. «Dista mucho de ser un país consolidado y con buenas comunicaciones. Pues es digno de admirar que prácticamente solos, en una semana tenían conectada una universidad con 22.000 estudiantes», destaca Burgos. Para ello contaron con el asesoramiento de UNIR. «Contactaron con nosotros, pero no les dijimos nada que no supieran, la verdad. Fue un poco reafirmar lo que estaban haciendo», añade. Se trata, en definitiva, de «un modelo muy, muy interesante en el que nosotros nos podemos ir mirando».

Aprendizaje personalizado

Aunque cada uno tiene métodos propios, existen muchos puntos en común. En el grupo de trabajo en el que participa UNIR, con la Universidad de Bonn –«que era el líder de facto de nuestro grupo»–, y con otras de Malasia o México, comparten la relevancia de «la personalización del aprendizaje, de la enseñanza», así como «la integración» de los aprendizajes formal e informal. En el primero de los casos, con la educación 'on line' «se puede personalizar el nivel, el enfoque, el tipo de recursos a los que se accede, el canal que se utiliza...» porque no todo el mundo es igual.

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En cuanto a la integración de los aprendizajes «del programa oficial», el que componen los temarios, textos, etc... y «todo lo que uno puede aprender fuera del aula, el informal» es «clave» porque proporciona «un universo infinito. Por idiomas, países, temas... hay de todo», resalta Burgos.

Junto a todo lo anterior hay una variable más que vive un momento de auge enorme, la educación abierta, «poder utilizar todo eso de manera gratuita»; evidentemente sin piratear a nadie, «se puede integrar adecuadamente». Gracias a esto, el profesor cuenta «con un repositorio sin límites para poder integrar en sus clases y el estudiante, el que es curioso, tiene una carta abierta». Estas cuestiones «nos hermanan mucho» a las universidades, admite el director del Instituto de Investigación UNIR-ITED, que ve «un antes y un después en el modelo educativo».

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Aunque la evolución se ha producido en los últimos diez años, ahora se ha sumado «la ciencia abierta».

Además de la conciencia solidaria que subyace, se produce un intercambio porque «la educación abierta no solamente consume recursos, también los produce. Si durante la pandemia se ha dado un salto cualitativo en este aspecto, también en el de la educación 'on line', que tenía «un movimiento bastante en contra por parte de ciertos sectores» que, «de repente se han dado cuenta en dos años de que no es tan malo». Aunque en el caso de UNIR «pasamos tantas auditorías de las agencias de acreditación, que es imposible hacerlo mal».

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