Antonio Mayoral en Hornos.

El esfuerzo del poder diminuto

Dos alcaldes relatan la dedicación que exige el bastón de mando en los pueblos pequeños

Pilar Hidalgo

Domingo, 22 de marzo 2015, 19:25

«Decía mi amigo José Luis Bermejo que 'pueblo pequeño, infierno grande'». Antonio Mayoral, alcalde de Hornos de Moncalvillo por el PSOE desde hace 32 años, rescata estas palabras del que fuera regidor de Logroño para responder a la pregunta de lo que supone ostentar el bastón de mando en una localidad de tamaño reducido. «En un pueblo pequeño tienes que ser multiusos y estar disponible las 24 horas», continúa. Él lo sabe bien. Estima que en la última semana habrá dormido una media de «dos horas diarias», ya que un hundimiento en la zona de los calados lo ha mantenido «sin pegar ojo por la noche».

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El relato de Mayoral no resulta extraño a Carlos Fernández, primer edil por el PP de Nieva de Cameros desde hace una legislatura. Ambos municipios contabilizan en el padrón alrededor de 90 habitantes. «Vivo pendiente del móvil todo el día. No desconectas ni los domingos, porque somos muy cercanos a la gente. Puedes ir por la calle y un vecino te da un papel, otro te pregunta algo», expone. Así que reconoce que requiere «un gran sacrificio personal el compatibilizar tu trabajo con el Ayuntamiento, ya que exige mucho tiempo».

Fernández se dedica a la ganadería y Mayoral centra su actividad en la viticultura. «Pero puede surgir cualquier asunto y eso tiene preferencia respecto a cualquier tema de mi profesión o de mi casa», señala el segundo. De este modo, apunta que ha vivido algún 'día grande' de las fiestas de Hornos arreglando una avería en el monte, mientras salía la procesión. Trabajo no les falta. «Muchas veces te sientes como un muñeco de feria al que le tiran todas las pelotas, porque todos los problemas van a ti», reitera Mayoral.

En cambio, el alcalde de Nieva admite que no recae sobre sus espaldas toda la carga municipal. «Yo me encargo más de los temas burocráticos y los concejales me ayudan en las averías o a clorar el agua», ejemplifica. Pese a esto, admite que ha vivido «unos años intensos» de reunión en reunión para, entre otros asuntos, hacer realidad la adecuación de las instalaciones de distribución eléctrica, algo muy importante para esta localidad.

Convivencia

Además del esfuerzo personal que conlleva el puesto en las pequeñas poblaciones, Mayoral repara en otros aspectos. «En un pueblo las decisiones pesan mucho. Si una persona te pide un permiso y el técnico te dice que resulta inviable, el que pone la cara eres tú. Del técnico no se acuerda nadie. Además, a tus vecinos te los encuentras todos los días en la calle».

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El regidor de Nieva asevera que su familia y amigos comprenden la dedicación que exige una Alcaldía. Mayoral no oculta que el cargo le ha privado de compartir momentos especiales en la vida de su única hija. De hecho, cuenta como anécdota que el bastón de mando vino a buscarle cuando disfrutaba de su luna de miel. «Ni voté en la primera legislatura. Estaba en Canarias y me llamaron por teléfono para decirme que había salido alcalde».

Ambos afirman que a la política municipal en las localidades menores no se llega para ganar dinero. Mayoral declara que en Hornos «no se cobra por dietas, ni por asistencia a plenos, ni por desplazamientos, ni por nada. Todos los gastos que surgen del Ayuntamiento los pones tú».

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En Nieva de Cameros, Fernández detalla que la retribución es mínima. «El presupuesto municipal del 2014 reservó una partida de 3.000 euros para gastos de representación. De ahí descontamos lo que percibimos los cinco concejales de la Corporación (PP y PSOE) por asistencia a plenos y, el resto, nos lo dividimos los tres ediles del equipo de gobierno. Salimos a 650 euros cada uno. Yo como los demás». Y ni que decir tiene que el móvil o la gasolina para acudir a las reuniones fuera del municipio van de su cuenta.

Aunque, en el fondo, uno y otro ponen en la balanza lo que implica la Alcaldía y el plato siempre se inclina del mismo lado. «Globalmente sí que compensa porque estás defendiendo a tus vecinos y a tu pueblo», remarca Fernández. «Si tú ves que tu localidad ha salido adelante con obras y cosas logradas, tienes la satisfacción personal de lo conseguido», coincide el alcalde de Hornos.

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Y para que eso resulte posible, desde la experiencia que dan tres décadas como regidor, aconseja: «En un pueblo pequeño tienes que ser constructivo e ir a arreglar cuestiones. Si metes la política, lo desbaratas».

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