Del EDF al DUX Logroño: la metamorfosis de un sueño

Nada o casi nada queda de ese EDF Logroño que en el verano de 2018 hizo historia al poner a la región en el mapa de las estrellas del fútbol femenino nacional. Aquel equipo, que emocionó a La Rioja con una gesta nunca antes conseguida, ha mutado en prácticamente todo: Ni lleva el mismo nombre, ni tiene el mismo escudo, ni lo dirige la misma gente. Sin embargo, es su heredero más directo, el DUX Logroño, el que peleará este domingo ante el Cacereño por seguir su estela devolviendo a la comunidad de nuevo a la élite.

Desde que alcanzó la máxima categoría del balompié español, el club riojano ha sufrido una enorme transformación en su imagen y estructura. El EDF Logroño, nacido con un fuerte arraigo local y con un importante número de jugadoras de la casa, resistió un par de temporadas con el proyecto que lo ascendió hasta que en la primavera del 2021 la irrupción de la compañía de eSports, DUX Gaming, irrumpió en su seno para cambiarlo todo con la condición de iniciar el proceso hacia una Sociedad Deportiva Anónima.

Con la llegada de estos accionistas, el equipo adoptó una faceta más profesional enfocada en su posicionamiento digital a través de una comunicación más cuidada y de una mayor presencia en las redes sociales. Esta sinergia traía además el cambio completo de la imagen del club con el nombre, el escudo y la equipación de la corporación.

Así fue como nació el DUX Logroño que hoy conocemos, aunque por aquel entonces la dirección seguía en manos de Iván Antoñanzas, que aseguraba mantener más del 50% de acciones del equipo. Pero esto cambió también hace unos meses cuando un grupo de empresarios argentinos, encabezados por Carlos Javier Ruffini, se hacía con la propiedad de la entidad con la transferencia de la totalidad de sus participaciones.

Estos nuevos gestores pretendían, y lo siguen haciendo, una mayor internacionalización del conjunto vinotinto con la promesa de una pretemporada idílica en Estados Unidos. Este viaje no fue su único reclamo ya que los inversores entraron como una apisonadora a la actualidad del fútbol riojano con la compra de La Isla, histórica casa del Berceo, para la construcción de una ciudad deportiva que diera un salto más de profesionalización del equipo femenino.

Y lo cierto es que la apuesta extranjera ha dado sus frutos antes de lo imaginado gracias a un gran vestuario, tanto futbolística como personalmente hablando, que ha confeccionado Héctor Blanco a su gusto. Él junto a varios miembros del cuerpo técnico, entre los que se encuentran Monchy y Miguel Ángel; y la jugadora Lorena Valderas son los únicos supervivientes de aquel EDF Logroño que consiguió ese soñado ascenso, que con el tiempo se ha transformado en un bonito recuerdo en la mente de los que tuvieron la suerte de poder vivirlo.

Este domingo, tanto los que llevan una década vistiendo los colores como los que recién llegan, intentarán replicarlo en Pradoviejo. Porque aunque el club haya cambiado su envoltorio, hay algo que sigue latiendo con fuerza dentro: la ambición y el deseo por devolver a La Rioja a la máxima categoría del fútbol femenino.

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