Balonmano

Una primera prueba positiva para en Logroño

Cualquiera de este póquer de bajas son esenciales en los esquemas de juego del técnico segoviano para esta temporada. Y, sin embargo, las sensaciones con las que acaba el Ciudad de Logroño el torneo internacional que ha celebrado en el Palacio de los Deportes capitalino son muy positivas. Ante dos rivales de entidad, los de Velasco han disputado sus primeros partidos de pretemporada respondiendo de forma prometedora pese al escaso fondo de armario de jugadores de campo con el que pudo contar el preparador

Dos choques distintos con lecturas interesantes que animan a pensar en poder vivir una ilusionante campaña si los todavía ausentes se recuperan convenientemente (cada uno está en fases distintas, siendo Ángel Rivero al que se le espera más tarde) y si la fortuna respeta a un cuadro logroñés al que las lesiones le suelen llegar acompañadas por el doloroso adjetivo de graves.

En el primer choque ante el Melsungen alemán, un bloque reforzado para ser protagonista en la poderosa Bundesliga, el Logroño demostró que tiene una buena portería con Mohammed Ali y Kristof Palasics. No les fue tan bien contra los lisboetas pero ambos guardametas parece que vienen a solucionar el problema sufrido la temporada anterior.

La defensa seguirá siendo vital para los franjivino. Cuando el equipo está sólida atrás, es difícil que al Ciudad de Logroño le vayan mal las cosas. Se vio contra el Melsungen, pese al poderío físico germano, y se repitió contra el Benfica. En la primera mitad ante los portugueses se vivieron los peores minutos de estos choques de pretemporada. La falta de tensión y concentración en campo propio evitaba salir a la contra y se transformaba en pérdidas y fallos adelante en igualdad de condiciones con la defensa rival. Todo está unido.

En la segunda parte el cambio de actitud fue evidente y la imagen de los locales cambió radicalmente hasta llegar a darle la vuelta a seis goles de desventaja, pese a acabar cayendo finalmente.

En ataque, los nuevos están en pleno proceso de adaptación, pero progresan adecuadamente según indica su propio entrenador. Aun así, es quizás esta área táctica en la que más puede avanzar el bloque riojano. Todavía es pronto y quedan semanas por delante para engrasar la maquinaria ofensiva, formar sociedades y conocer trucos y cualidades de compañeros que aprovechar. Thiago Ponciano y Eugen Zaja han caído de pie y están llamados a agradar a la afición con sus misiles, mientras que Soler es una de esas puntas de lanza que tanto gustan en Logroño para volar en frenéticos contraataques. Rolando Uríos, otro de los recién llegados, ofrece mucho trabajo y potencia en la finalización. Todos suman y el equipo lo agradece.