
El BM Logroño vuelve a sonreír en el Palacio
Ledo, el protagonista ·
El portero de Lalín sostuvo a los franjivino con una veintena de paradas para sellar una importante victoriaSecciones
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Ledo, el protagonista ·
El portero de Lalín sostuvo a los franjivino con una veintena de paradas para sellar una importante victoriaPor arriba, por abajo, con la izquierda, con la derecha, con el pie, con el cuerpo, con la mano... Xoan Ledo fue un auténtico muro ... en el Palacio de los Deportes. El de Lalín se despidió con una veintena de paradas para aupar a los suyos hacia la victoria, la primera de la segunda vuelta y la segunda de la temporada en casa. Porque el Ciudad de Logroño no sumaba dos puntos en su hogar desde el pasado 26 de octubre, cuando derrotó al Anaitasuna. Por eso esta victoria puede subir la moral de un equipo que necesita hacerse fuerte en el Palacio para soñar con luchar en la zona noble de la clasificación. De momento, el triunfo ante el Cangas de Morrazo (33-28) le vale para despegarse de la zona baja de la Liga Asobal.
El partido comenzó con un duelo de porterías entre Xoan Ledo y Krivokapic, portero que la temporada que viene vestirá posiblemente la camiseta del Granollers. Y en ese pulso salió ganador el de Lalín, que mostró estar concentradísimo. De hecho, en esa primera parte Ledo se iba a marchar a los vestuarios con nada menos que catorce intervenciones, con el 56 por ciento de efectividad. Brutal. Desde la afición se gritó : «¡Ledo, selección!»
Sin embargo, el Ciudad de Logroño no sacó más provecho del inmenso estado de su portería, ayudada por una intensa defensa en la que destacó Roly Uríos. En esos primeros treinta minutos los franjivino fallaron muchos lanzamientos, algunos claros desde los seis metros, o dos penaltis que detuvo Krivokapic.
No obstante, después del décimo minuto los de Miguel Ángel Velasco se pusieron a comandar el encuentro con rentas que llegaron a ser de hasta cuatro goles (11-7, minuto 20). Pero no lograba el cuadro franjivino romper el partido, uno de los males de esta campaña. Porque el Cangas, que tuvo que solicitar un tiempo muerto para frenar la hemorragia, se rearmó, apareció en escena Krivokapic y recortó distancias.
El Ciudad de Logroño hizo la goma: se marchaba de tres o cuatro goles y los gallegos se volvían a meter en el encuentro gracias a una primera línea intensa y con mucho recambio, con diferentes jugadores que ofrecían variantes a su ataque. Pudo marcharse el bloque de Velasco al descanso con tres goles de diferencia, pero los árbitros pitaron una rigurosa falta en ataque de un irregular Ponciano. El partido quedaba abierto para la segunda parte (13-11) en el que el aspecto mental iba a tener bastante importancia.
Y ahí se lució el equipo franjivino, que soportó una doble exclusión y sobrevivió a la mala puntería desde los siete metros (cuatro penaltis fallados). Ledo tuvo menos protagonismo, es cierto, pero fue la defensa la que echó el resto, mientras Pergel daba un recital en el ataque que ayudó a que el Palacio (y el Ciudad de Logroño) volviera a sonreír.
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