El Logroño deberá recurrir a la Copa para ir a Europa

Y lo que pasó en tierras leonesas fue que el conjunto franjivino, que llegó a los últimos cinco minutos con una renta de cuatro goles, acabó igualando en un partido sumamente igualado en el que, lamentablemente, los árbitros volvieron a transformarse en protagonistas. La tarea de Jesús Álvarez y especialmente Miguel Martín dejó muy enfadados a los visitantes, que sufrieron varias exclusiones a lo largo del encuentro, algunas en momentos claves, y la expulsión de Martí Soler en un lance que, piensan en el cuadro franjivino, debió ser penalizado con una exclusión.

Pese a este detalle, el Ciudad de Logroño intentó no exasperarse y en una montaña rusa, llegó al tramo final en mejor forma que los ademaristas, que por puro orgullo, y alguna laxitud franjivina, lograron igualar a falta de cuatro segundos a través de un penalti de Juan Castro, que se despidió de León antes de marcharse a Suiza.

El equipo logroñés saltó al parqué del Palacio de Deportes leonés intenso en tareas defensivas y rápido al contraataque o al contragol. La retaguardia cogió el ritmo rápidamente, aunque Rolly Uríos se pasó de revoluciones y para el minuto 17 ya había sufrido dos exclusiones.

Pero el equipo franjivino no solo funcionaba en contras de primera y segunda oleada. En el ataque posicional, el bloque de Velasco supo jugar con cabeza y poco a poco, entre las paradas de un atento Palasics y los goles de Ponciano, Xavi Tuà y Palomino, el equipo franjivino fue abriendo rentas que llegaron a ser de cuatro goles.

Además, las noticias desde Granollers alentaban a los logroñeses ya que el Benidorm vencía al conjunto vallesano. Aunque eso duraría poco ya que los hombres de Antonio Rama mejorarían su juego para marcharse 18-12 a los vestuarios.

Y cuando mejor estaban los franjivino, entraron en juego los árbitros, para mostrar una roja directa a Martí Soler en una jugada que podría llegar a ser exclusión. En la jugada siguiente, Tuà recibió un codazo en el rostro que ni siquiera fue penalizado y en el ataque posterior, el pase de Palomino a Edu Cadarso rebotó en un árbitro para que el Ademar pudiese empatar. Velasco se desesperaba.

La igualdad siguió en la segunda parte, aunque fue el Ademar el que cogió el mando del choque a partir del ecuador de ese último tiempo. Sin embargo, el Logroño volvió a batallar en contra de las circunstancias y volvió a revertir la situación para ponerse arriba con una renta de cuatro goles. Pero envalentonado por su público y aprovechando los errores franjivino, el Ademar empató