Entre tanto heavy metal, la alegría de vivir
Frente a la particular zona cero en la que se ha convertido la entrada al periódico, habitual salida, la meta disfrutó de la felicidad de los hitos personales
Para los periodistas de Diario LA RIOJA, la Media Maratón siempre ha tenido una significación especial. Aquellos a los que le tocaba trabajar ese día muy de mañana vivían una agitación especial. Corredores que hacían su última visita al baño; participantes despistados que aparecían por la redacción; Boris, Mar, Patri, Eduardo o Julián intentando dirigir el tráfico de la entrada al edificio; numerosos curiosos, aficionados y familiares pendientes de la salida y de las primeras zancadas por Duques de Nájera y por debajo del tunel de Vara de Rey. Desde esa zona VIP en la que se convertían las ventanas del periódico, se vivía con especial interés el pistoletazo de salida de esta prueba que en esta edición se ha convertido ya en treintañera.
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Hoy, mirar hacia la calle desde el periódico supone encontrarse en medio de la particular zona cero en la que se ha transformado el cruce de Vara de Rey con Duques de Nájera, con el tunel a punto de derrumbarse, con amarillos cocodrilos, dinosaurios y osos hormigueros de acero devorando asfalto, piedras, metales.
Así que, pese a que esta mañana se mantenía bastante movimiento por la redacción y las calles adyacentes (o lo que queda de ellas), la salida se trasladó hasta la rotonda de Chile, a la espera del retorno a su lugar habitual, a poder ser en la próxima edición.
Y, tras el pistoletazo del señor alcalde que abría la prueba, tocaba el peregrinar de los animadores a la meta de Muro de la Mata. Y ahí, ya lejos del heavy metal, entre el ritmo de «Pepa y agua pa' la seca, to' el mundo en pastilla' en la discoteca», se pudo disfrutar de la alegría de correr, de la alegría de vivir, de los hitos personales personificados en el dorsal 655. Pertenecía a Eugenia de la Iglesia, una logroñesa afincada en Zaragoza que entraba en la meta feliz, señalándose la barriga. Está embarazada de veintidós semanas de un niño, su segundo hijo. A este paso, les veremos entrar de la mano dentro de unas cuantas ediciones.
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