Melocotón en ensalada

Nos puede ayudar a combatir la deshidratación en estos días tan calurosos, ya que contiene más de un 85% de agua. Esto le convierte en un buen tentempié para los días de verano y una merienda fabulosa para la piscina o la playa.

Su porcentaje de grasas es mínimo, por lo que si sus azúcares son naturales (saludables) pero es dulce, tiene gran cantidad de agua y no aporta grasa, demonizar esta fruta para cualquier dieta es un error, se puede comer en caso de padecer sobrepeso, intolerancia a las grasas, retención de líquidos o diabetes.

Como la mayoría de las frutas, tiene un alto contenido en fibra, que ayuda a regular el tránsito intestinal y prevenir el estreñimiento (muy común en verano por la deshidratación).

Su color anaranjado se debe a unas sustancias llamadas beta carotenos, también presentes en alimentos como el pimiento, la zanahoria, el mango... y le confieren propiedades antioxidantes, excelentes si estamos tomando el sol. Además, contribuyen a la salud de nuestro sistema inmunológico, protegiéndonos de resfriados, por ejemplo.

Un mineral destacable en el melocotón es el potasio, que favorece la respuesta de nuestro sistema nervioso y el funcionamiento de los músculos, además de ayudar a controlar la tensión arterial, ya que también tiene un bajo contenido en sodio.

El agua y esta proporción de minerales le otorgan propiedades diuréticas, aptas para el buen funcionamiento del riñón y evitar la inflamación en días muy calurosos.

Aunque su piel suele provocar más alergias que otro tipo de frutas, si no la padeces, comerlo con su piel te aportará más fibra.

Su sabor nos permite no sólo comerlo a mordiscos en cualquier lugar sino también utilizarlo para diversas recetas como salsas, mermeladas o repostería y no necesariamente añadiendo azúcar. Puedes pasarlo por la plancha y añadir a una tostada con un poco de queso, ya tienes un delicioso desayuno. Añadirlo a las ensaladas da un toque especial de color y sabor que no te puedes perder.

Ingredientes

-Dos tomates maduros

-Dos melocotones medianos

-75g de almendras laminadas

-100g queso mozzarella

-Unas hojas de albahaca

Para el aliño

-Aceite de oliva virgen extra

-Zumo de limón

-Un melocotón

-Una cucharada de miel

Elaboración

Se coloca la rúcula sobre una fuente plana.Se lavan los tomates. Se pelan y cortan en gajos grandes los melocotones. Se pasan estos gajos por la plancha o la sartén para tostarlos un poco. Se trocea el queso mozzarella y lo añades a la fuente.Se prepara la vinagreta triturando el melocotón que se había reservado, hasta que quede una textura cremosa. Se añade el zumo de medio limón, el aceite de oliva y una cucharada de miel. Cuando la mezcla esté homogénea se prueba y corrige los ingredientes al gusto. Una vez añadido el melocotón, se incorporan las almendras (crudas o tostadas).Se puedes servir la vinagreta con una jarrita o dejar que cada comensal lo haga de manera individual.