Suso. En este cenobio arranca el recorrido de los visitantes, que ayer regresaron a San Millán tras los meses de confinamiento. Justo Rodriguez

Yuso y Suso, abiertos de par en par

Tras muchas semanas de silencio en San Millán de la Cogolla situada en la cabecera del valle del río Cárdenas y cuna del castellano, este miércoles volvió el gratificante bullicio de las visitas

Miércoles, 1 de julio 2020

El monasterio de Yuso volvió a abrir sus puertas a los visitantes después de muchas semanas en las que solamente la comunidad de Agustinos ... Recoletos que lo habita y guarda como oro en paño haya tenido acceso a esos rincones plenos de historia y de arte. Desde este miércoles a las 10 de la mañana en que se volvieron a abrir las puertas de la recepción de visitantes, la cuna del castellano ya vuelve a ser accesible para todos. El otro cenobio, Suso, el de arriba, ya fue abierto hace unas cuantas jornadas, para asombro de quienes regentan Yuso, ya que ambos se complementan, y abajo se tuvieron que enterar al ver que los autobuses que conducen hasta allí habían vuelto.

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Sea como fuere, con la ilusión a pleno rendimiento tanto de los frailes como de los guías y recepcionistas, de nuevo se pudo dar la bienvenida a los visitantes. Tres parejas fueron los primeros turistas que accedieron a los monasterios. Como suele ser habitual, primero subieron hasta Suso, donde la guía les amenizó el recorrido relatándoles la historia de este recinto milenario y, tras el regreso a San Millán de la Cogolla, pudieron completar el recorrido por el interior de Yuso.

Una de esas parejas, la de los jubilados cántabros Juana y Juan, contaban que habían llegado al lugar dando por sentado que iba a estar abierto a las visitas desde al menos una semana. Él nos relataba que «después de haber estado ayer en la Peña Maya, que es un lugar simbólico para los cántabros, hemos dormido en el parador de Santo Domingo de la Calzada y nos hemos venido para aquí. Creíamos que llevaría abierto unos días pero nos hemos encontrado con la sorpresa de que es el primer día».

Juan ya conocía el lugar, «había estado pero hace muchos años, creo que antes de que fuera declarado Patrimonio de la Humanidad», y ha decidido volver «porque, una vez jubilado como ingeniero, me he decantado por la Historia y este lugar creo que tiene una importancia histórica tremenda».

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Guiados por ese interés por la Historia, estos dos viajeros cántabros tenían prevista una ruta que las iba a llevar hasta Nájera, donde no iban a dejar pasar la oportunidad de recorrer el monasterio de Santa María la Real, «por la importancia del Reino de Nájera-Pamplona en el devenir de España». Después se dirigirán a Sos del Rey Católico, «como cuna del Rey Fernando», y más tarde «volveremos a Soria para leer a Machado».

Así, mientras ellos recorren el norte de España, los monasterios de San Millán de la Cogolla seguirán recibiendo a las visitas.

El prior, Pedro Merino, y los trabajadores que atienden al turista en el monasterio de Yuso. Justo Rodriguez

«Todos estamos muy ilusionados con la vuelta al trabajo»

A la hora de abrir el monasterio a los visitantes, el prior de la comunidad de Agustinos Recoletos que lo habitan, Pedro Merino, estaba presto a recibir a los trabajadores que se ocupan de atender a los turistas, tanto en la recepción como guiándoles por las estancias. Y también, por qué no decirlo, de ver llegar a los primeros visitantes tras el largo periodo de cierre. Frailes y empleados compartían una misma sensación, «estamos realmente ilusionados y con ganas de atender a esa gente que tiene este destino tan importante», señalaba Merino.

Reconociendo que la paciencia es virtud que acompaña de suyo a la comunidad religiosa, advertía que «somos humanos y no hemos dejado de pensar durante este tiempo en que este lugar es privilegiado y hay mucha gente que estaría pensando en él como lugar al que acudir; por eso siempre hemos tenido presente cuándo volveríamos a abrir».

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