El 'abuelo' Viyuela, un premio para su nieta

El acto comenzó con un repaso en un vídeo a su extensa carrera, una apabullante recopilación de imágenes desternillantes que mostraban la versatilidad del homenajeado, que dedicó el galardón a las tres mujeres de su vida: su madre recientemente fallecida, su mujer de la que dijo –tirando de humor– que no sabe cómo le lleva aguantando tanto tiempo y, por último, a Lola, su nieta que vendrá al mundo en abril. «Mi hija Camila, que también es actriz va a ser madre y no puedo estar más feliz». Emboinado con una chapela negra quiso celebrar su condición de abuelo, pero también quiso rendir un homenaje a la «abualidad, para mí no hay nada tan hermoso como ser abuelo, es lo que me une con el pasado», señaló en alusión a la influencia de su abuelo Gervasio, de Calahorra.

'Pepe', como se refirieron a él en toda la gala presentada por Jesús Rocandio, dio las gracias por este galardón a la presidenta del Gobierno, Concha Andreu, presente en el acto celebrado en Riojafórum junto al alcalde de Logroño, Pablo Hermoso de Mendoza, y la delegada del Gobierno, Beatriz Arráiz. «El día que me llamó Pedro (por el consejero de Cultura) iba conduciendo tranquilamente por Madrid, me dio la noticia del galardón y me quedé mudo. No supe qué decir, me quedé sin palabras por la emoción y por la sensación de falta de merecimiento por un galardón tan grande. Hay gente, creo, que se lo merece más, pero no significa que vaya a renunciar», recordó un modesto y socarrón Viyuela, que pese a su pudor, atraviesa un excepcional momento profesional.

El próximo viernes estrena película junto a José Mota, el jueves estrenó serie en TVE y acaba de subirse a las tablas de un escenario con una nueva obra. «Me siento sobrepasado por este galardón», insistió ante un público al que quiso hacer partícipe de su intervención con un juego con la palabra y los sentimientos como protagonistas. «Cerrad los ojos», les dijo y todos obedecieron. «Si yo ahora pronuncio las palabras amigo, tierra, madre, paz, arcoíris, libro, gracias... cada uno de vosotros lo visualizaréis de una forma distinta, pero todos estos términos comparten un mismo campo semántico que nos une a todos».

El juego lo llevó a su propio terreno: «Si yo pronuncio La Rioja, lo que veo es la palabra que me ha hecho ser cada vez más de aquí, aunque lleve mucho tiempo fuera, mis padres siempre tuvieron el deseo permanente de mantener el recuerdo vivo de su tierra», una tierra que reivindicó como referencia mundial del castellano, y que vio, como se encargó de enumerar, vio nacer a ilustres como Gonzalo de Berceo, María de la O Lejárrarra, Teresa León, Elvira Valgañón o al Escultor Daniel (ayer representado por su hija)... «El lugar donde nació la lengua debe ser lugar de referencia en todo el mundo y no perderse en el mapa», reclamó para concluir con un agradecimiento una distinción que no se plantea como un punto de llegada, «sino como un punto de partida que me obligue a trabajar por esta lengua y esta tierra que nos enhebra a todos», concluyó seduciendo al público.

Jesús Rocandio se refirió al actor como un hombre de televisión, teatro y cine «que siempre ha tenido como pretexto en sus actuaciones el amor a las personas y la búsqueda de la sonrisa» y parafraseando al intérprete riojano dio por ehcho que la risa es es un momento de eternidad. El consejero de Cultura, Pedro Uruñuela, también lo presentó como el portador de «esa sonrisa en el rostro que queda para la posteridad», al tiempo que le hizo protagonista absoluto del último Actual, con una actuación estelar en el Bretón con textos de Rafael Azcona. «Solitario en el escenario, con una interpretación íntima nos cautivó a todos. Fue uno de los momentos cumbre», se rindió. Por su parte, Bernardo Sánchez, amigo y autor de algunos de sus proyectos conjuntos, se detuvo en su faceta como payaso (le homenaejó poniéndose la nariz roja y citando alguna de sus frases) «El circo es un espacio donde el hombre encuentra el desafío de la gravedad y el de sí mismo». También destacó su faceta de poeta, «que lleva en semisecreto». Rosa Vidal (clarinete) y Germán Barrio (piano) pusieron el perfecto broche de oro con música de Pedro Iturralde.