Hay una novelista polaca que está escribiendo una novela con la que aspira a obtener el premio Nobel. Se titula 'La extinción de Irena Rey', ... su autora es la misma Irena Rey, que antes también ha escrito otras exitosas novelas. Después de cada libro, Irena Rey aspiraba al Nobel, premio que siempre se le resistió, a pesar de su planetaria celebridad. Pues bien, hoy reseñaré 'La extinción de Irena Rey', de la escritora y traductora norteamericana Jennifer Croft (Oklahoma, 1981). Debe recordarse que Croft es la traductora al inglés de 'Los errantes', de la escritora polaca –y ésta sí ganadora del Nobel– Olga Tokarczuk.
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Todo comienza cuando la escritora Irena Rey decide concentrar a ocho traductores en su finca, inserta en el bosque de Bialowieza, en Polonia, paradigma de la riqueza natural y de todos los peligros que acechan al planeta, orientados a una lenta y agónica extinción. A estos traductores sólo se los identifica con el nombre de los idiomas al que traducirán la obra magna de Irena Rey, con la que ésta aspira a ganar el Nobel de Literatura. Inglés, Alemán, Francés, Ucraniano, Serbio, Esloveno, Sueco y Español; bajo esos nombres se mueven en la novela con sus secretos, sus debilidades y sus deficiencias morales. De estos ocho personajes, en los que Irena Rey confía absolutamente, sólo Español tiene una misión concreta, con sus idas y venidas, que es narrar lo que estamos leyendo. Bajo el nombre de Español se esconde su nombre verdadero, Emi, diciéndonos también que es sudamericana de nacimiento, aunque orientada a disimular su verdadero origen. Estos ocho traductores aman, idolatran a su jefa, a la que también denominan Nuestra Autora. Su amor y su confianza en ella encuentran su contrapartida en el mismo amor y admiración que siente la autora polaca por sus empleados, personas que vivirán a pan y cuchillo en su bucólica residencia. Todo se resquebraja cuando la escritora desaparece. Se conoce que ha enviado a uno de sus traductores un wasap donde anuncia la conclusión de su novela que, mientras tanto, transita por las vidas cruzadas de los traductores, de sus amoríos fugaces, de sus enigmas. Hasta que llega el día del fallo del jurado sueco y en el que resulta ganador o ganadora... A partir de este hecho la novela se decanta hacia un costado inesperado.
La novela pone varios temas sobre la mesa, como el papel de la traducción en nuestro mundo y su vigencia; la extinción del medioambiente, y la patológica confianza en uno mismo o exacerbado egocentrismo.
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