Con otra música al Pórtico de la Gloria
El compositor catalán Joan Riera intervendrá en cuatro templos jacobeos riojanos como forma de peregrinación artística
Arpas, fídulas, salterios, cítaras, laúdes y el organistrum, un ingenio medieval de cuerda frotada, forman la orquesta tallada en piedra que recibe al peregrino en ... el Pórtico de la Gloria de la catedral de Santiago. Callada música celestial para culminar el viaje a Compostela desde hace siglos. Ahora, muchas leguas atrás, cuatro templos jacobeos riojanos van a sonar también de un modo especial, sin instrumentos, a base de electrónica y eco, 'iluminando' los hitos del Camino. Luz sonora para iniciarlo.
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El compositor barcelonés Joan Riera Robusté pondrá en práctica a partir de la próxima semana el 'Proyecto Perschen-Santiago: Iluminaciones sonoras para el Camino de Santiago', un trabajo experimental consistente en intervenciones acústicas en el interior de varias iglesias de la ruta jacobea como una forma de peregrinación artística: un equipo informático emitirá el sonido grabado previamente por el músico y la reverberación del templo hará el resto. «Solo la mitad del trabajo es mío», afirma el autor.
Su itinerario comenzará este lunes en San Bartolomé de Logroño y, como un peregrino más, con un carro tirado por una mula, irá llevando su música por la ermita de Santa María de Jesús, en Navarrete (miércoles 6), la catedral del Salvador de Santo Domingo (sábado 9) y la iglesia de San Juan Bautista de Grañón (lunes 11). Ya fuera de La Rioja, también hará alto en Belorado, San Juan de Ortega y Burgos.
Pero todo comenzó hace tiempo y a muchos kilómetros, incluso más allá del Camino Francés, en Alemania, donde la peregrinación a Santiago «es realmente una tradición muy respetada», según atestigua. Fue en Pers- chen, una localidad del estado de Baviera en la que por motivos familiares y artísticos conoció la iglesia de San Pedro y San Pablo, su osario y «sus maravillosos frescos románicos». Eso fue lo que le inspiró.
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A partir de esos dos apóstoles, compuso una pieza sonora para cada uno de los doce discípulos de Jesús: «Una ilustración acústica, simbólica y figurativamente específica de cada personaje». Pedro, por ejemplo, evoca obviamente el sonido de las piedras; Juan, el rumor del agua; Andrés, un enjambre de abejas; Santiago el Mayor, la llegada del reino de los cielos anunciada con trompetas; Tomás, el escéptico, el sonido del aire... Así hasta la pieza más agresiva y aguda, la dedicada a Judas Iscariote.
Esas doce piezas electroacústicas «son resultados deliberadamente aleatorios, collages experimentales de color y sonido», explica Riera: «Me gusta que parezcan una aparición». La intervención se completa in situ dejando sonar en bucle la grabación de una hora de duración (doce piezas, una por apóstol, de cinco minutos) y que la reverberación de cada templo lo convierta en una experiencia única cada vez.
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Tras dos años de preparación, Perschen acogió el estreno en junio y ahora llega a La Rioja, Camino de Santiago. Un ordenador, ocho altavoces y un moderno juglar peregrino en su carromato: al Pórtico de la Gloria con otra música.
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