Los catorce comensales dispuestos a disfrutar de una cena en el 'ring', la noche del viernes en la plaza de Abastos. Sara Cuerdo/Concéntrico

K.O. por diversión en el 'ring' de Concéntrico

Una cena en cuatro asaltos para 14 comensales activó el cuadrilátero diseñado por Zyva Studio en la plaza de Abastos, en el marco del Festival de Arquitectura y Diseño de Logroño

Sábado, 21 de junio 2025, 21:09

Una de las actividades con más 'pegada' del festival Concéntrico es, sin duda, la doble velada gastronómica vivida en la plaza de Abastos de la ... capital, en 'La mesa del ring' del arquitecto francés Anthony Authié (Zyva Studio). Dos sesiones –la cena el viernes y la comida del sábado– a modo de combate de boxeo, con púgiles de todas las categorías e inofensivos golpes a la altura del estómago. No se trataba de darse duro ni de noquear al contrincante, sino de entrar al juego de una experiencia de sabores contundentes y diseño radical.

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Nos camuflamos entre los 14 comensales/luchadores de la cena del 'ring'. La velada comenzó una vez que el mercado cerró sus puestos y sus puertas al público. Nos esperaba el cuadrilátero, en esta ocasión con forma octogonal y una divertida estética de vibrantes colores (rosa y amarillo), símbolos en clave de humor y códigos de las subculturas contemporáneas. Su autor, Anthony Authié, se sumó a la mesa con la incertidumbre de lo que allí iba a ocurrir pero con confianza en los cocineros y árbitros del combate, sus compatriotas y amigos Gabriel Fellous y Victor Mizreh.

Distintos momentos del combate gastronómico, cocinado y servido por Gabriel Fellous y Victor Mizreh. Sara Cuerdo/Concéntrico

Arrancó el combate con una primera toma de contacto de los oponentes, enfrentados en torno a la mesa. Entre la cubertería, un estilete presagiaba lo peor y la tensión no se rebajó hasta saber que el 'arma' sería empleada únicamente para acceder a la carta del menú, envasada al vacío.

A partir de ahí, el silbato de los árbitros abrió el partido. Los primeros contactos fluyeron con un divertido aperitivo para comer con la mano y en dos versiones (para el equipo rosa y el amarillo), una doble opción que se volvería a repetir durante la cena.

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Tras el primer round, en el que se sirvieron berberechos con una adictiva crema de miso, el combate se detuvo por un hueso roto, el mismo sobre el que, ya en el segundo round, se sirvió un tartar en versiones francesa y tailandesa. Con el toque de campana del tercero, los comensales golpearon y rompieron su 'creme brulee' con un toque de ginebra. Y para el cuarto asalto, el de la victoria por dulzura, una tarta de queso con berros eléctricos sacudió los paladares con un inesperado calambre.

Hasta 40 kilos de alimentos y 20 kilos de ingredientes han viajado desde Marsella a Logroño para activar el 'ring' del festival Concéntrico durante dos días. Para servir un divertido y sorprendente menú (también con producto local del propio mercado de San Blas), que ha puesto el foco en las dinámicas del comportamiento humano en torno a una mesa (sobre todo familiar). Un lugar de intercambio de opiniones, toma de decisiones y de batallas y justas verbales.

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