Arte y vida en los escaparates 'calientes' de Bazart Gallery

Cierra, pero solo para renovar su contenido, ya que el 30 de noviembre se inaugurará en él una nueva exposición, la tercera, que será presentada en próximas fechas. Además, del 6 al 9 de diciembre, en el marco de las ferias de la Concepción, las puertas del local se abrirán, junto a sus escaparates, para mostrar las obras de las dos primeras ediciones de esta iniciativa, encaminada a dar vida al casco antiguo y a la ciudad en sí, poniendo en valor sus comercios cerrados.

De momento, esta semana aún podrá verse en sus escaparates una selección de las obras que conforman la última muestra de esta iniciativa, cuyo currículum comenzó a escribirse en julio de este año. En ella pueden verse las pinturas de Elena Moral Agustín, una apasionada de la pintura y de las manualidades decorativas, tanto como de la torre exenta y de la música, afición esta última que heredó de su padre, Juanjo. También hay algunas fotografías de Reynaldo Caballero, cubano de nacimiento y calceatense de adopción, que retrata con el mismo arte con el que canta en el Dúo Imperial. Además, la vitrina reserva un hueco a algunos de los grafitis y tatuajes de Busti, imparable con un aerógrafo o un spray en las manos, que usa con la misma habilidad con la que tatúa desde su estudio calceatense. Y, junto a todo lo anterior, también están las ilustraciones de Rubén Ochoa, ilustrador y diseñador gráfico por la Escuela Superior de Arte y Diseño de La Rioja, que realiza trabajos editoriales, de prensa y cómic, autor, entre otras muchas cosas, de la ilustración de la caja de 'El juego de Logroño'.

Antes que ellos, en la primera exposición, pasaron por las vitrinas del negocio que abriera sus puertas entre los años 1924 y 2016, Alfredo Vilar (delineación, Artes aplicadas y Diseño Gráfico), Margarita Birkide (escritora, poetisa), Ross (pintura) y Kike López (ilustración y fotografía).

Todos ellos han dado contenido a la idea surgida de Kike López Pérez, hijo de los últimos propietarios del local, Rosita y Luis, con el objetivo de 'resucitar', en su sentido más amplio, uno de los muchos locales del casco antiguo calceatense que han cerrado sus puertas. Precisamente, aspira a ser la punta de lanza de una iniciativa que anime a otros comercios cerrados a seguir los mismos pasos y que, allí donde haya una persiana echada, se encienda una luz para alumbrar arte.