Dos meses de un desprendimiento en Arnedillo que espera
Tras su estudio por varios técnicos, el Gobierno riojano encarga redactar un proyecto para sanear y estabilizar la ladera del alto Cidacos afectada
Ernesto Pascual
Domingo, 25 de mayo 2025, 08:49
Sobre las 9.40 de la mañana del 25 de marzo, parte de la montaña se venía abajo a unos metros de la entrada a Arnedillo. Un buen tramo de la carretera regional LR-115 quedaba sepultada por enormes rocas, alguna de hasta 50 toneladas de peso. Unos minutos antes, había pasado el autobús escolar. El descomunal desprendimiento, por fortuna, no había causado daños personales ni desgracias que lamentar. Pero la carretera quedaba cortada por tiempo indefinido. Dos meses después, el paisaje es el mismo que desde aquel 25 de marzo: las rocas mantienen cerrada la carretera, el desvío alternativo habilitado en tiempo récord da salida a los 3.000 vehículos diarios que se calcula circulan por este tramo del alto Cidacos y la montaña sigue amenazando con seguir desvaneciéndose.
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Los arnedillenses se han acostumbrado a los diez minutos, más o menos, que requiere esperar a que el semáforo dé el paso por el tramo alternativo. Los turistas que acuden a una de las villas de referencia de La Rioja gracias a sus aguas termales y a su Balneario lo aceptaron desde el primer momento y las reservas no se resintieron. Y unos y otros deben seguir con esa mentalidad, porque sigue sin haber fecha para la retirada del desprendimiento y dar una solución a la inestabilidad de la ladera.
El desprendimiento, el mayor registrado en La Rioja en las últimas décadas, dejaba un paisaje preocupante: han quedado enormes rocas sobre la base de arenisca que amenazan con venirse abajo en cualquier momento, un peligro que las administraciones quieren evitar de todos los modos posibles.
Después de que técnicos de diversas áreas del Gobierno de La Rioja y de estudios privados hayan estudiado el terreno, la Consejería de Política Local, Infraestructuras y Lucha contra la despoblación ha encargado la redacción del proyecto de saneo y estabilización de la ladera, que se está realizando en estas fechas.
«Debido a la magnitud, la solución requiere de un estudio detallado y riguroso para garantizar la seguridad»
«Debido a la magnitud del desprendimiento, sin precedentes en la historia reciente de La Rioja, y las dificultades orográficas del terreno, la solución requiere de un estudio detallado y riguroso para garantizar la seguridad de los trabajos, así como la eficacia y durabilidad de la solución», explican desde la Consejería.
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Vertido de 1.200 litros de agua para probar el arrastre de rocas
Hace unos días, los arnedillenses oían sobrevolar un helicóptero. En el punto del desprendimiento, dejaba caer 1.200 litros de agua. Era una prueba para intentar que su fuerza arrastrara algunas de las rocas enormes que más peligro representan en lo alto de la ladera. Los técnicos de la Consejería también han estudiado el impacto de las últimas trombas de agua en el arrastre de materiales por la ladera hacia la LR-115.Desde esa mañana del 25 de marzo, el desprendimiento ha contado con el análisis de especialistas de distintas administraciones y estudios. Todos apuntan el principal problema que aconseja a adoptar las soluciones de una forma estudiada y segura: las enormes rocas que podrían desfilar sobre la base de arenisca en cualquier momento, la dificultad que supone retirarlas y el riesgo que entraña cualquier maniobra a esa altura.
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