«Escribir y pintar son pasiones dormidas que despiertan ahora»

– ¿Cómo definiría su pregón?

– Es un pregón tradicional, alegre, jocoso, muy festivo, con los ingredientes principales que, para mí debe tener un pregón, como es enlazar con la historia, ensalzar las tradiciones de un pueblo y, por supuesto, invitar a la gente a la diversión, a compartir y a participar de todos los actos que se organizan.

– Ganó este mismo concurso en el año 2018. ¿Cuál es la principal diferencia entre aquel pregón y este?

– Quizá que en 2018 lo centré más en las figuras de los santos, San Juan, San Felices y San Pedro, y esta vez lo he plasmado más desde el punto de vista de las tradiciones: la tamborrada, batalla del vino, la procesión de San Felices... Todo lo que es nuestro, de los jarreros.

– ¿La alegría y el orgullo son los mismos, ahora que hace cinco años?

– Me gustaría tener una varita de medir y saber cuándo sentí más orgullo y más alegría. No lo sabría decir. Todos los premios que se ganan son motivo de satisfacción enorme y de alegría inmensa, así que podría decir que la misma.

– El día 24 le tocará leerlo. ¿Cómo recuerda esta experiencia, hace cinco años?

– Con una gran emoción. De hecho, en un momento dado, cuando estaba recitando, me quedé en blanco y tuve que parar y centrarme para volver a retraer el texto a la cabeza. La idea es recitarlo de memoria, como todo lo que escribo, porque creo que leerlo le resta espontaneidad y sensibilidad.

– Es un año de laureles para usted, ya que también ha ganado un premio de poesía y otro de declamación en Miranda de Ebro...

– Todavía no salgo de mi asombro, porque si una no piensa en ganar un concurso, menos dos. Es doble motivo de orgullo, de alegría y de satisfacción.

– La escritura, también la pintura... ¿Son aficiones tardías o es que los premios están saliendo ahora?

– Yo dediqué toda la vida a la banda de música de Haro, desde los 12 hasta casi los 60 años. Y, tras este atentado cultural contra nuestra banda tuve que llenar ese gran vacío que me dejaba la música, y lo estoy consiguiendo con otras actividades. Dicen que tiene que morir una pasión para que renazcan otras y ha sido mi caso. Tras el parón de la banda me estoy centrando en escribir y, sobre todo, en la pintura, que es lo que más me motiva y satisface, entretiene y relaja. Más que aficiones tardías yo las calificaría como pasiones dormidas, que están despertando ahora. Nunca es tarde.

– ¿Qué le resulta más fácil, escribir a San Felices o la Virgen de la Vega?

– Con todos mis respetos a San Felices, para mí la Virgen de la Vega está por encima de todo y cuando me pongo a escribirle a ella tiene que ser algo que me toque el corazón profundamente.

– Escribir para usted es...

– Una forma de evasión, siempre llevada de la mano de la sensibilidad y del sentimiento.