La fascinación del queso

En el recorrido por un valle del Cidacos que comienza teñirse de oro otoñal, Munilla se convierte de nuevo este fin de semana en el destino y objetivo de los paladares más aficionados al queso. Y también para los aficionados que quieren dejarse llevar y saborear sus diversos caminos, texturas, sabores.

Entre la tarde del sábado y el mediodía de este domingo, el frontón municipal de la villa del Alto Cidacos es el escenario que acoge la decimoséptima edición de las Jornadas de Queso Artesano de Munilla. Esta iniciativa que nació para promocionar los quesos de cabra que se elaboraban en la villa son hoy, con la quesería cerrada desde hace años tras fallecer su propietaria, un punto de encuentro para los aficionados a los sabores y, a la vez, sigue siendo un magnífico escaparate de los recursos y tesoros que ofrece el valle del Cidacos. Eso sí, los anhelos de la villa pasan por que el año que viene regrese el queso elaborado en Munilla a las Jornadas. Para alimentarlo, un granjero ya cuenta con 80 cabras.

El reclamo de las Jornadas de Munilla vuelve a ser este fin de semana el mismo de otras ediciones: reúne en un mismo espacio a dieciséis producciones artesanas muy pequeñas en cantidad pero de enorme calidad y que son muy difíciles de encontrar en supermercados. Ante ellas se pasearon ayer y se pasearán hoy cientos de personas, de los que muchos salen con sus adquisiciones. Y para quienes no conozcan las denominaciones de Origen llegadas de todo el país, la degustación de una tableta con porciones de sus 16 quesos es la mejor muestra para adentrarse en su mundo fascinante.